miércoles, 26 de diciembre de 2012

EL AMANTE. XXI PARTE.


Durante las fiestas de Navidad tuvimos que dejar de vernos, los niños estaban en casa y tenia que dedicarme a ellos. Hicimos las cosas típicas de estas fechas, salimos de compras, bajamos a la Plaza Mayor, fuimos al cine, estuvimos en el Circo…. Y con estas cosas fueran pasando los días.


Este  paréntesis  me vino bien, tenia que centrarme un poco en mi familia, no es que los tuviese abandonados,  aprovechaba  que estaban trabajando y en clase para mis aventuras, pero también me apetecía el pasar mas tiempo con ellos. Los días señalados venia la familia a cenar y comer a nuestra casa, entre unos y otros nos juntábamos cerca de 20.
Me había convertido en una adicta al sexo, estaba excitada la mayoría del día, por la noches provocaba a mi marido hasta conseguir que me hiciera el amor y si no lo conseguía por algún motivo me despertaba con sudores y una sensación rara en todo el cuerpo. Más de una noche que me despertaba así, sin levantarme de la cama, bajaba la mano hasta mi sexo y me masturbaba hasta quedar saciada.
Dos días antes de Reyes y con la escusa de comprar los regalos para los niños, me pude escapar y quedar con Gonzalo. Necesitaba sexo, el que él me daba.


Apareció  con un maletín  de cuero,  me  abrazo y beso con gran pasión, su manos  se aferraron a mi culo  mientras su boca recorría mi cuello, bajo por mi escote y lamió mi escote. Mi cuerpo estaba completamente revolucionado, aquello es lo que necesitaba. Fue  tirando poco a poco de la falda hacia arriba hasta que sus manos se posaron sobre mi piel, recorrían toda la amplitud de mis posaderas, apretaba y acariciaba, metió sus dedos por debajo de mi tanga hasta que llego a mí, rugí de placer y arquee mi cuerpo para ofrecerme mejor y sentir más sus caricias. Al oído me dijo que lo del maletín era todo para mí.
Me fue desnudando con delicadeza mientras acariciaba y besaba mi piel, abrió el maletín y volcó su contenido, eran todo tipo de juguetes sexuales que pretendía utilizar conmigo.  Había  un par de consoladores de diferente tamaño, un huevo vibrador, bolas chinas, un vibrador doble y algún chisme mas que no sabía lo que era ni para que servía.
Tumbada en la cama y a su entera disposición comenzó su juego, paso muy despacio por mis pezones el huevo, al sentir su vibración reaccionaron de inmediato endureciéndose, bajo por mi cuerpo  hasta que llego a mi pubis, el sentir aquella vibración acelero mi respiración, su movimiento era circular estimulando directamente, cogió un consolador en la otra mano y comenzó a pasarlo de arriba-abajo. Cerré los ojos y me dedique únicamente a sentir todo el placer que me daban esos aparatos, la sensación de plenitud era casi completa, la vibración en mi clítoris y sentirme penetrada por aquel consolador, me llevaron a tener al placer.


Aparto aquellos dos juguetes y cogió otros dos. Uno era un vibrador con pinta galáctica y el otro tenía forma de catavinos.  El primero cuando me lo introdujo fue de lo más soso, después de todas las sensaciones que había tenido con los anteriores este no vibraba, que equivocada estaba, sin aviso comenzó a moverse en todas las direcciones y a vibrar, tuve que agarrarme a las sábanas, que maravilla de movimiento, no quería que aquello acabara nunca.
Cuando estaba más excitada sentí algo viscoso y frÍo mas abajo, unos de sus dedos extendía aquel producto, pasado el primer momento de impresión y con las caricias, empezó a gustarme. En aquella puerta nunca había llamado nadie hasta hoy, tenía algo de miedo a que me doliera, pero él sabía lo que se hacia, con mucha paciencia y delicadeza se fue haciendo dueño de la situación y el placer que me estaba dando aquella cosa galáctica ayudaba. Primero un dedo, luego dos, todo muy despacio y dando tiempo a que me cuerpo se acostumbrara.


Saco el galáctico de mi, separo un poco mas mis piernas y muy despacio fue introduciéndome el otro, al principio me tense, pero comprendí que seria mejor relajarme por completo y no oponerme, llego un punto que me dolió y hábilmente el retrocedió, pasados unos segundos volvió a intentarlo, esta vez y costando un poco entro por completo, no me lo podía creer aquello me encantaba y  ya perdí toda noción de la realidad cuando me penetro el galáctico, no había recibido tanto placer en mi vida, no podía controlar mi cuerpo, creo que jamás he tenido  nunca un orgasmo como aquel.
Estaba salvaje, necesitaba devolverle todo el placer que me había dado, así que me dedique a él. Busque y mordí sus pezones, creo que demasiado fuerte, haciendo que gritara, mi mano agarro su miembro con firmeza mientras lamia su cuerpo hasta llegar a él, lo metí en mi boca, mientras estaba en ello y sin pensarlo,  mis dedos bajaron a buscarle, rápido comprendí  que quería penetrarle, jugué y jugué, cuando creí que era el momento oportuno introduje todo lo que pude en mi boca mientras un dedo le penetraba, su reacción fue increíble, brama y suspiraba como nunca antes. Mis caricias no pararon hasta que conseguí que brotara todo su néctar.
Aquel hombre tenia la capacidad de rendir todas mis voluntades, podía hacer conmigo lo que quisiera, no sabia negarme, confiaba en el para cualquier tipo de juego. ©Fer

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