lunes, 23 de diciembre de 2013

LA PRIMERA VEZ.



Siempre me había negado tener sexo con más de una persona a la vez, salía mi lado posesivo y quería que mi pareja de cama fuera solo para mí. Ahora visto desde el tiempo y con cierta experiencia en este mundo veía lo equivocada que estaba. Tuve mi primer encuentro de una forma casual y con quién menos me podía imaginar. Aquel verano no pude coincidir con mi marido para las vacaciones, mi empresa estaba en mitad de una fusión de gran envergadura y se suspendieron las vacaciones para todo el personal, así que Juan se llevo los niños a la playa. Las jornadas eran interminables, reuniones, informes, memorándum.... no teníamos horas suficientes, no salíamos ni a comer encargaban comida basura y parábamos lo justo y necesario. El cansancio era tal que al llegar a casa una ducha y a la cama. Trascurrieron las 3 primeras semanas y la cosa se calmó un poco, pero la tensión seguía siendo mucha, no sabíamos si aquello sería viable, estaba en juego demasiado. Sonó mi teléfono, me dió un vuelco el corazón al ver que era mi cuñada Alejandra.
-Hola, ¿que pasa?
-Hola, nada tranquila no pasa nada, solo te llamo para invitarte a cenar esta noche.
Después de darle muchas vueltas al final tuve que aceptar su invitación, no me apetecía lo más mínimo, pero la familia es la familia, aunque sea política.
Alejandra era la hermana pequeña de mi marido, siempre tuvimos una buena relación y habíamos sido cómplices en varias cosillas de familia. Se había casado hacía 2 años con Miguel, un chico de Burgos que estudió aquí la carrera.
Cenamos una ensalada y un rollo de pavo, mientras nos poníamos al día de diversos cotilleos familiares. Últimamente la familia estaba un poco revolucionada, se habían separado 3 primos, cosa rara siendo tan tradicionales. Se quedó Miguel recogiendo las cosas y nosotras nos fuimos al salón. Me quité los zapatos, los tacones me estaban matando, llevaba mas de 12 horas con ellos. Alejandra se empeñó en darme un masaje en los pies.
-Te los voy a dejar como nuevos.
Se levantó y fué a por una toalla y aceite, me hizo tumbarme en el sofá y poner los pies encima de sus piernas, embadurnó sus manos de aceite y comenzó a pasarlas por mi pies mientras seguíamos hablando, ahora más pausadamente. Poco a poco se fue calmando la pesadez que tenia en ellos, tenía una manos prodigiosas, suaves pero firmes y con el cansancio que tenia acumulado empecé a quedarme dormida.
Estaba a punto de que Morfeo me abrazara por completo, cuando sentí que unas manos acariciaban mis hombros desnudos, abrí los ojos.
-Tranquila, me dijo Alejandra, es Miguel verás que buenas manos tiene.
No sé si fué por el cansancio o por que me estaba gustando lo que sentía, que volví a cerrar los ojos y a relajarme.
Miguel apartó los tirantes de la blusa para que no le molestaran y Alejandra pasó a masajear mis pantorrillas, entre las caricias de los dos la relajación de mi cuerpo y mi mente eran casi total. Los dedos de ella me producían una sensación placentera al pasar por la cara interna de mis rodillas, creo que hasta separé un poco las piernas. No tenia noción del tiempo que había pasado, pero después de esta temporada tan dura no quería que aquello terminara. Dejé de notar las manos de ella y sentí un aliento al lado de mi oído. -Vamos a la habitación, tumbada en la cama es mas cómodo.
Como si estuviera bajo los efectos de una pócima me levanté y fuí a la habitación, cuando me iba a echar en la cama me detuvo y me dijo que pasara al baño, me desnudara y me pusiera una toalla. Salí como ella me indicó y me tumbé bocabajo, sus manos comenzaron otra vez a rozar mis pies. Pasados unos minutos volví a sentir los dedos en mis hombros.
Abandonada a los placeres del masaje mi resistencia fue mínima cuando abrieron la toalla dejando mi espalda al desnudo. Las caricias de ambos cada vez abarcaban mas superficie de mi piel, mis terminaciones nerviosas no eran capaces de procesar todas aquellas sensaciones. Él pasando sus manos por mis costados rozando mis pechos, ella subiendo y bajando por la cara interna de mis muslos. Era como una baile que estuviera ensayado. Mi mente estaba nublada y no era capaz de pensar con frialdad, solo me guiaba por mis sensaciones y en ese momento lo único que deseaba es que no pararan.
Suspiré al notar las 4 manos en mi trasero, sus juegos eran eróticos, no llegaban a tocarme mis partes, pero casi las rozaban, cada vez estaba más excitada, arqueé un poco mi cuerpo para quedar más a su disposición. Un chorretón de aceite bañó mis glúteos y acto seguido noté los pechos de ella como se frotaban contra mí. Subían y bajaban por mi espalda, se metían entre mis muslos, sus pezones buscaban mi sexo. Poseída ya por la excitación quería más.
Me ayudaron a darme la vuelta quedando por entero a su disposición, otro chorro de aceite en mi cuerpo y comenzó el mismo juego. El cogió mis pechos para frotarlos con los de ella, mis pezones se pusieron duros al notar los suyos, los sonidos del placer iban en aumento. Su boca comenzó a besar mi cuello bajando poco a poco por mi cuerpo, lamió, chupó y mordió mis pezones sacando de mí, gritos de placer y acto seguido la note sobre mi sexo, aquello fue algo que no olvidaré jamás, la primera vez que una mujer me estaba haciendo sexo oral. El agarró mi mano y la dirigió a su miembro erecto y acto seguido la acercó a mis labios.
Fuimos cambiando de posturas, el sexo entre los 3 fué salvaje, no hubo limitaciones, nuestra única meta era el buscar el placer de los otros dos. Nos acurrucamos las dos pegadas a él y así nos dormimos.
No os voy a explicar los remordimientos que tuve y la cantidad de veces que me arrepentí de haberlo hecho, de todas las ideas que pasaron por mi cabeza y de cómo desde esa noche ha cambiado mi vida en el mundo sexual. Con mucha paciencia y mano izquierda convencí a mi marido para probar cosas nuevas, desde aquel momento nuestra vida sexual mejoró y no sólo cuando lo hacíamos con otras personas, si no cuando lo hacíamos los dos solos y aunque no me vais a creer esto nos ha servido para aumentar más nuestro amor por el otro.
De como fuimos descubriendo este maravilloso sexo liberal ya os iré contando. ©Fer

jueves, 19 de diciembre de 2013

LA ESPERA.



Espero impaciente que vengas, no veo el momento que estemos juntos, las horas se me hacen interminables. Oigo que abres la puerta, el sonido de tus tacones sobre la tarima me excita. Vas dejando que la ropa resbale por tu cuerpo, tu movimientos parecen como si los hubieras ensayado, te giras en la puerta del baño mirando hacía donde estoy. Imagino como el agua recorre tu cuerpo, como te vas enjabonando, el roce de tus dedos en los pechos, tus manos buscan el pubis, suspiras desde tus entrañas.  Respiras profundamente el olor a limpio de la toalla antes de comenzar a secarte.

Tu cara al salir del baño deja bien claro lo que deseas, echada en la cama acaricias tu piel, tu cuerpo se contonea, tu respiración se entrecorta, es el momento en el que me reclamas. Me acaricias, tus manos se aferran a mí, quieres sentirme, tu boca se entreabre para dejarme paso, juegas con la punta en los pezones, no puedes resistir mas todo ese placer, bajo hasta tu entrepierna, rozo tu sexo y te penetro lentamente. La conjunción es  perfecta, los movimientos se aceleran de forma desenfrenada, los sonidos del placer inundan la habitación, un estallido de sensaciones culminan aquel encuentro.

Una vez recuperados me limpias cuidadosamente,  me guardas en el cajón y apagas la luz. ©Fer

lunes, 16 de diciembre de 2013

LA CITA.



Estaba toda nerviosa, pasado mañana tendría la cita. Es algo que deseaba desde hacia mucho tiempo y por fin había llegado el momento, estaría en su brazos, saborearía su boca, sería toda suya. Estos dos días los iba a dedicar a todo tipo de tratamiento de estética para estar perfecta para él. Hoy tocaba depilación, mi piel tenia que ser como la seda.

Llegue al centro de estética, saludé a Marisa que después de tantos años era como de la familia. Me acompaño a una de las cabinas y me comento que hoy no me atendería Belén se había puesto mala, que lo haría Patricia una chica nueva que era muy buena. Empecé a desnudarme cuando cerro la puerta, me cubrí con la toalla y me tumbe en la camilla a la espera de que viniera. Llamaron a la puerta y se abrió, era Patricia, una chica rubia de unos 30 años, guapa y muy simpática. Se presento y comenzó a preparar todo los potingues mientras hablábamos de cosas sin importancia. Me hizo las asilas y las piernas y la verdad que tenia razón Marisa, aquella chica era especial, tenia una manos maravillosas.

Comenzó  con mis pubis, lo hacía con tal delicadeza que sus dedos parecían plumas, gracias a Dios que no tengo mucho vello y después de tantos años de depilarme menos, cerré los ojos y empecé a pensar en él. en como sería nuestro encuentro, como nos abrazaríamos, como sabría su boca, como olería su cuerpo, como me haría suya...ummm, solo de pensarlo me había excitado, intente cambiar de pensamiento para que no se notara, pero creo que fue tarde:

-Te pasa algo.

Me pregunto con una voz cálida mientras dos de sus dedos rozaron mi sexo, esto me saco un leve gemido.

-Creo que estas algo tensa, necesitas un masaje.

Sin darme tiempo a reaccionar había echado aceite en sus manos y empezó a recorrer mis piernas, bajaba y subía por ellas quedándose siempre en mis ingles, aquellas caricias hicieron que me abandonara por completo, mi excitación fue en aumento, oí como echaba el cerrojo a la puerta, se acerco otra vez a la camilla y me abrió la toalla, subió por mi cintura hasta llegar a mis pechos, los masajeo de forma circular, jugo con mis pezones y los apretó firmemente.

Sentí como se subía en la camilla y se montaba a caballo encima de mi, abrí los ojos y contemple como terminaba de quitarse la camiseta, tenia unos pechos firmes coronados por dos pezones puntiagudos, acerco su cuerpo al mio y note como me rozaban esas dos fresas, su pechos recorrieron mi cuerpo, se frotaron con los míos,estaba alcanzando una excitación que no había conocido.

Cuando mi respiración se acelero y  tuve que ahogar mis gemidos se bajo y empezó a pasar su mano por mi húmedo sexo, sin ningún trabajo entro dentro y creí morir, que placer me estaba dando, fue acelerando y mis caderas se acompasaron con su mano, aquello era maravilloso. Me hizo llegar al orgasmo 3 veces seguidas. Note sus labios como rozaron los míos.

Cuando abrí los ojos estaba sola, se había ido. Entre la confusión del placer y de lo que había pasado comencé a vestirme, no me podía explicar como pudo pasar, si no me gustan las mujeres, pero tengo que reconocer que había disfrutando como nunca.

Me pregunto Marisa que tal con la chica nueva y no se como salieron de mi boca esas palabras:

-Desde ahora que me atienda ella.©Fer


miércoles, 28 de agosto de 2013

EL CUELLO.



Tu cuello objeto de mi deseo.
Despierta mis instintos.
Mis dedos necesitan acariciarlo.
Sentir la suavidad de tu piel.
Giras la cabeza para invitarme a que siga.
Cierras los ojos y solo sientes.
Rozo tu piel con mis labios.
Te estremeces.
Lo Recorro por completo.
Beso, succiono, lamo.
Te enroscas contra mi.
Salen gemidos de tu boca.
Me miras fijamente y me dices:
Hazme tuya.©Fer

viernes, 23 de agosto de 2013

FANTASÍA.



Las caricias cada vez eran mas atrevidas.
Los besos más apasionados.
Sus manos rozaban todo el cuerpo.
Libero sus pechos y los saboreo.
Salieron profundos gemidos de su boca.
Sus uñas se clavaron en su espalda.
Bajo besando su cuerpo.
Beso el triangulo de su tanga.
Apretó su cabeza contra ella.
Paso de gemir a gritar.
Te recostaste contra mi.
Tu mano se poso en mi pierna.
Se arrastro buscando donde aferrarse.
Pase mi mano por tu hombro.
Se metió en tu escote.
Agarre tu pecho endurecido por la excitación.
Ella subida encima sujetaba sus manos.
Mirándole con cara desafiante.
Pego su cuerpo con  él.
Lamia su cuello, su pecho, su ombligo.
Pose mi mano en tu rodilla.
Separaste tus piernas.
Tu mano se apodero de mi.
Tu suave piel rezumaba ardor.
Lamia y succionaba sin cesar.
El se aferro al cabecero,
Se juntaron nuestras bocas.
Mis dedos buscaban tu rincones.
Inclinaste tu cabeza sobre mi.
Movía lentamente su cadera sobre él.
Iba cambiando el ritmo.
Él sujetaba sus pechos.
Te levántate y te desnudaste.
Te sentaste sobre mi.
Me diste la espalda, no te lo querías perder.
Te balanceabas muy despacio.
Mis manos sujetaban tus caderas.
Cambiaron de posición, ahora el estaba detrás.
Ella movía la cabeza de un lado a otro.
Me hiciste levantar del sofá.
Te pusiste en la cama como ella.
Era una imagen simétrica.
Los gritos y  gemidos de placer se multiplicaron.
Era la hora de la verdad.
Los 4 nos empleamos a fondo.
Terminado casi al mismo tiempo.
Caímos todos rendidos en la cama.
Parecía como si hubiera un cristal entre las dos parejas.
Se veía, pero no se podía tocar a los otros.
Era lo que tu querías.
Era tu fantasía. ©Fer











jueves, 22 de agosto de 2013

EL JUGUETE.



Me haces sentir tu juguete.
Ese que guardas en el cajón de la mesilla.
Y solo utilizas en las noches de soledad.
El que aguarda impaciente que lo reclames.
Sin esperar nada a cambio.
Que anhela recorrer tu cuerpo.
Hacerte estremecer.
Llevarte a ese mundo de sensaciones.
El cual tanto te gusta.
Llegando a una explosión de emociones.
Que resalta la belleza de tu cuerpo.
Abre el cajón y utilizame. ©Fer






miércoles, 21 de agosto de 2013

TU



Necesito tus besos
Las caricias de tus manos.
El calor de tu cuerpo.
Sentir como me vas haciendo tuya.
Mi cuerpo se abandona.
Buscando solo el placer que me das.
La humedad de tu lengua.
La expresión de tu cara.
Al hacerme tuya.
Tu cuerpo empujando el mio.
Tu gritos en el éxtasis.
Así llego al placer absoluto.©Fer 
 












martes, 20 de agosto de 2013

LA PUERTA.



Iba a ducharme.
La puerta de tu habitación estaba entreabierta.
Oí un gemido salir.
Me pico la curiosidad.
Busque la posición para ver la cama.
Solo con la ayuda del espejo era capaz.
Desnuda, tendida en la cama.
Tu manos acariciaban tu cuerpo.
Las caricias eran suaves, delicadas.
Tus dedos rozaron tus aureolas.
Tus pezones se endurecieron.
Los pellizcaste arrancándote un gemido.
Tus manos aferraron tus pechos con fuerza.
Un movimiento circular los masajeaban.
Una de tus manos bajos por el vientre.
Alojada entre tus piernas rozaba tu pubis.
Tu cuerpo se contorsiono.
Abriste tus piernas
Tus dedos te penetraron.
Los movimiento eran cada vez mas armoniosos.
Ambas manos se dedicaron a ti.
Arqueaste el cuerpo.
Tus músculos se tensaron.
La cara se desencajo.
El orgasmo no tenia fin.
Caíste rendida.
Te acurrucaste en posición fetal.
Te contemple unos instante.
No me lo podía creer.
Yo también había terminado sin tocarme.
Acababa de ver a mi compañera de piso.
A esa mujer tan deseada, dándose placer.©Fer






LA ESPERA.



Asenté bien la silla de trípode, eran las 6 de la mañana y por el este empezaban a despuntar las primeras luces
.
Aunque eran principios de Junio y en aquella zona refrescaba bastante, la mañana estaba serena, solo con la camisa y un jersey se estaba de maravilla. Una vez que lo tenia todo colocado saque un cigarro, lo encendí y le di una calada larga y profunda.

Solo era capaz de distinguir el contorno de las copas de la ladera de enfrente recortado en el cielo,  el resto era de un negro difuminado. el canto del mirlo rompe el silencio de la noche, el jarabasqueo de algún lirón, y el ladrido seco y profundo del corzo.

Poco a poco la claridad va ganando la batalla y se empieza apreciar algunos detalles, se van uniendo los componentes del coro y alegran la mañana, tu oído funciona a pleno rendimiento, el olor de la hierba fresca y de la flor de la jara inundan tus pulmones, cierra los ojos y te abandonas a disfrutar del momento.

Pegado al arroyo y tapándose todo lo que puede con el monte va  careando un macareno, levanta la cabeza de vez en cuando para coger vientos, gira las orejas y vuelve a bajar la cabeza, a poco metros un conejo ramonea de un roble. Se mete el cochino al pie de un enebro y comienza a frotar su lateral con fuerza, se gira y frota el otro, levanta la cabeza y marca el tronco con sus defensas. Sigue con su paso tranquilo y se pierde en la espesura.

Me deja helado un ladrido que corzo, debe de estar a menos de 10 metros, oigo sus pisadas, en ese momento me aisló de todo, lo único que escucho es su leve movimiento y el latir de mi corazón. Mis manos se dirigen a mi pecho en busca de la cámara, la tengo preparada, me muevo levemente, subir la cámara a la cara me lleva su tiempo, no logro verle todavía, pero esta ahí, el más leve error en un movimiento daría al traste con todo.

Esos instantes parecen horas, oigo el crujido de una rama, esta un lineo por encima de mi, a pesar de mi ritmo cardíaco estoy de lo mas tranquilo, son los momentos de la verdad. Aparece detrás de una jara, se para y lanza otro grito de amor, aprovecho y enfoco, aprieto el disparador dejado el dedo sin levantar, el motor de la maquina dispara una ráfaga, gira la cabeza mirándome, puede que haya oído el motor dada su cercanía, lo tenia como a 6 metros, sus ojos se clavan en mi, mi objetivo lo hace en su cara, nueva ráfaga y desaparece de mi vista. Va ladrando según se aleja de mí, era como si me fuera regañando por el susto recibido, Logre verle entre unos pinos, se paro, miro hacia donde yo estaba y de un salto desapareció.

Por algo son El Duende del bosque.©Fer

lunes, 19 de agosto de 2013

EL REGALO.



Me vendaste los ojos antes de entrar en casa.
Me apoye en tu hombro para guiarme.
Hiciste que me sentara al pie de la cama.
Susurraste a mi oído que no me quietara la venda.
La espera me tenia nervioso, el corazón estaba acelerado.
Podía oler tu perfume, tu piel.
Al quitarme el pañuelo me quede blanco.
¿Quien era aquella mujer que te besaba?
Que acariciaba tu cuerpo con deseo.
Que te hacia gemir de placer.
Recorrió tu cuerpo con su lengua hasta hacerte alcanzar el clímax.
Arrancasteis mi ropa.
Los besos eran a 3.
Tus pechos sobre el mio, los suyos en mi espalda.
Las 4 manos buscaban mi hombría.
Vuestras bocas se apoderaron de mi.
El juego a 3 fue brutal, nos poseímos sin freno.
No se el tiempo que paso, solo que me pudo el cansancio.
Me desperté desnudo abrazado a ti.
La luz entraba por la ventana.
Mire al otro lado buscando a la otra mujer.
No había nadie, habría sido un sueño.
Estire la sábana para arroparnos.
Apareció un tanga entre los pliegues de la ropa.
Lo lleve a mi nariz, no era tu olor, no había sido un sueño.
Te abrace y te bese suavemente.©Fer





LA FIESTA.



Nuestras miradas se cruzaban.
El deseo inundaba mis entrañas.
Necesitaba sentir el roce de tus manos.
Oler el perfume de tu cuerpo.
Besar tus labios.
Fui al baño y te sentí detrás.
Me empujaste contra la pared.
Mientras me decías al oído: Te deseo.
Se abrieron mis carnes.
Un escalofrió recorrió mi espalda.
Arquee mi cuerpo para sentirte.
Me vino la cordura de repente, no podía ser.
Allí no, pasaba gente al lado nuestro.
Nuestras parejas
podrían venir a buscarnos.©Fer 
 

viernes, 16 de agosto de 2013

LOS CORCHETES.



Clave mis ojos en tu escote.
Reventarían los corches de un momento a otro.
Tu mirada me buscaba.
Tu olor me embriago.
Solo tenia que esperar el momento.
Te giraste y saltaron los corchetes.
Mi mano busco tu pecho.
Suspirare profundamente.
Tu marido miraba fijamente. ©Fer


EL SMS. FINAL.



Llegamos a Madrid con un estupendo sabor de boca, esa sensación de placidez que te da el haber disfrutado. Ahora tocaba volver a la realidad y centrarnos en nuestros quehaceres diarios.

Sabía que tenía que ir al notario, es lo último que quedaba, pero no me veía con fuerzas, no lograba entender aquella sensación, tal vez fuera que no quería aceptar lo que le había pasado o el saber que aquello sería una despedida definitiva. Mis sentimientos los tenía muy claros, el amor de mi vida estaba junto a mí.

Paso una semana, pero aquella mañana me levante decidido a coger el toro por los cuernos, no podía alargar más aquello, antes de comer iría a que el notario abriera el ultimo sobre y  conocer su contenido.

La recepcionista tomo nota y me indico muy amablemente que esperara un momento. Me senté en uno de los sillones, las revistas que había encima de la mesa no me hicieron gracia, así que saque el teléfono y le puse un wassap a Rosa diciéndole donde estaba. Una voz fuerte y seca me hizo mirar hacia la esquina, dos parejas esperaban a ser atendidas, tenían cara de pocos amigos y las miradas entre ellos daban miedo, seguro que era un tema de herencia.

-Don Fernando, acompáñeme por favor.

Levantándome le seguí por aquel largo pasillo, sus caderas apretadas por aquella falda ajustada se contoneaban a cada paso, me estaba quedando hipnotizado por ese movimiento. Abriendo la puerta de una sala me indico que pasara y que ahora vendría el Sr. Notario. Cerrando la puerta cruzo una amplia sonrisa y una mirada de complicidad, ¿Se habría dado cuanta de donde tenía puesta mi mirada?

Estaba mirando por la ventana cuando oí abrir la puerta, entro el notario dando los buenos días y presentándose, traía en la mano una fina carpeta. Me invito a  tomar asiento, haciendo él lo mismo. Me pidió la última carta y mi DNI,  echo un vistazo a la carta y cotejo el carnet.
Empezó  con las formalidades de rigor, hasta que saco un papel de la carpeta y dio paso a leerle:

“Buenos días Fer.

Sabía que serias tú el que estarías aquí sentado, unos porque nunca les importe demasiado y a otro porque se lo complique apropósito. Si quería que fueras tú.

He pasado la vida arrepintiéndome de la gran equivocación que cometí, el no ser valiente y enfrentarme a todo lo que se interpuso entre nosotros, fui una cría mal criada y consentida que antepuso lo material a el amor.
Sé que eres afortunado por tener a Rosa a tu lado, es una mujer que te ama y que nunca te ha fallado y también sé que tú la correspondes, no te preguntes como lo sé, siempre me las he arreglado para saber de tu vida y si en algún momento hubieras estado sin pareja habría ido a buscarte. Necesitaba decirte todo lo que te he querido, aunque imagino que lo sabes.

El juego este lo idee para poder estar un poco cerca de ti. Espero que no te haya traído ninguna complicación con Rosa.

Vamos a la parte económica, te conozco y sé que no lo has hecho por ese motivo. Antes de morir vendí todas mis propiedades, pisos, joyas, muebles…. y doné el dinero a un asilo de ancianos, tengo la impresión de que no te sorprende, creo que te esperabas algo así. Si bien te he querido dejar algo, una cosa que jamás nadie te podrá arrebatar y que siempre ira contigo.

El notario levanto la cara y me miro, como si quisiera disculparse por lo que iba a decir, volvió a clavar la mirada en el papel y carraspeo:

Te amo.

Esto te acompañara toda la vida y será una cosa entre nosotros. Espero que me hayas podido perdonar. Lo  que hubiera dado por poder decirte todo esto cara a cara, es el único pesar que me he llevado al morir.


No te entretengo mas, creo que ya te he robado demasiado tiempo de tu vida.

Espero que seas muy feliz y que la vida te sonría. Sigue amando a Rosa como hasta ahora y trátale como tu sabes.

Besos cariño"

El notario guardo los  papeles en la carpeta, se levanto y se acerco hasta mi lado, puso una mano en mi hombro y dijo: 

-Permitame esta confianza, ya sabe como somos los viejos, pero no puedo por más que decirle la suerte que tiene usted. Según esto tiene una mujer que le ama, a la cual usted corresponde y ha tenido toda la vida una mujer que lo ha amado en la lejanía. Ha tenido dos mujeres que le aman, cuando la mayoría de la gente nos conformaríamos con alguien que nos quisiera.

Estrechando la mano se despidió de mi.

Salí un poco descentrado, pero mas que por la carta que me imaginaba, por la palabras del notario. Me hizo recapacitar y  darme más cuenta del amor que sentía por Rosa. Le conté sin omitir detalle lo sucedido y su única reacción fue abrazarme y  aproveche para decirle al oído.

-Te amo.  ©Fer




LA FIRMA.



La firma era una escusa.
Tus ojos me lo dijeron nada mas entrar.
Esperaste a que me  pusiera detrás tuya.
Te incline sobre la mesa.
Subí tu falda y acaricie tu piel.
Ahogaste tus gemidos al hacerte mía.
Rápido, salvaje, es lo que reclamaba el momento.
Nos colocamos las ropa, nos besamos apasionadamente.
Saliste sin que te firmara los papeles.©Fer

martes, 13 de agosto de 2013

EL SMS. PARTE XXII.



Siempre me han llamado la atención los cementerios en medio de las ciudades, me crean una doble sensación, me atraen y a la vez un cosquilleo recorre mi cuerpo, no podía ser menos este. Pequeños panteón salpican el campo santo, su gran cantidad de árboles y flores se entremezclan con el frío mármol,  a la entrada hay un mapa donde te indican la posición de las tumbas de los hombres ilustres que allí descansan, Cortázar, Cesar Vallejo, Beckett, Porfirio Diaz……………..

Nos dirigimos a la iglesia de San Sulpicio, más conocida por aparecer en el libro El Código Da Vinci que por méritos propios. Es la segunda iglesia más alta de Paris y sobre todo por su Gnomon de la meridiana solar que nos indica las horas y los equinoccios.

Según te vas acercando el olor de las plantas y de las flores te va embriagando, el juego de colores es espectacular por la gran cantidad de especies que tienen, si esto lo unes al aspecto de sus comerciantes y al murmullo, se convierte en un marco singular. Recorrimos los pasillos en busca del dichoso puesto, tenía que ser muy evidente. Al dar la vuelta en un pasillo me fije en uno de los rótulos: LA CIBELES, habíamos encontrado el puesto.

Nos dirigimos a un chaval que estaba colocando las flores, con una sonrisa  nos dijo que esperáramos un momento. Salió un anciano del interior, alto, robusto, gran barba blanca y con cara de bonachón, daba tranquilidad solo con su presencia. En un perfecto castellano con un acento francés, nos saludó amablemente y nos preguntó lo que deseábamos. Al decirle mi nombre se le ilumino la cara, se volvió y entro en el puesto, pasado unos segundo salió con un sobre en la mano. Nos contó su historia, era de Madrid, del mismo Lavapiés, en los años 50  había emigrado a Francia en busca de fortuna, trabajo en mil y una profesiones, pocero, albañil, cartero…….hasta que entro como peón de jardinero en un castillo de Loira, allí nació su amor por las plantas y  después de unos años le salió la oportunidad de quedarse con este puesto y con el llevaba 40 años. Un centenar de veces nos comentó que él se sentía madrileño, pero que la vida era así.

Nos sentamos en una terraza a tomar un café y a descansar, aproveche para abrir el sobre.

“Buenos días.

Ya estamos llegando al final de este juego, creo que no ha sido complicado y   hayáis disfrutado de cada momento, de cada rincón, estas son las cosas que tenemos las solteronas, mucho tiempo para pensar y se nos ocurren estas tonterías.

A Rosa solo le puedo dar las gracias por unirse al juego y decirle que tiene a su lado un hombre maravilloso.

A ti, que sepas perdonarme el daño que te hice en su día y que es de algo que me he arrepentido siempre, mi falta de madurez me llevo a no saber plantar cara y renunciar a ti.
Bueno que nos estamos poniendo muy tontos, no sé cómo irán el resto con sus pruebas, estoy casi segura que 2 habrán abandonado, no tenían carácter y el otro no lo conseguirá nunca………..jajajjaajaja

En el hotel te darán un último sobre, no es ninguna prueba más, solo es un comprobante de que has conseguido todos los sobres,  preséntalo en la notaria.

Venga daros el último paseo de enamorados por Paris y nos vemos en Madrid.

Besos”

Rosa me miro y solo me dijo:


-Esta mujer te amaba. ©Fer

miércoles, 31 de julio de 2013

EL SMS. PARTE XXI.



Vestidos como manda los cánones y bien cenados, encaminamos nuestros pasos hacía la ópera, fuimos dando un paseo, la noche era de lo más agradable e invitaba a caminar.  Hablamos poco, el silencio no era por nada, solo para poder disfrutar de ese momento.   No había mucho que decir, su forma de agarrarse a mi brazo y la presión de sus dedos lo decía todo.

Como ya he dicho en alguna ocasión, soy clásico, a mí el arte moderno no me gusta, no lo entiendo y no le veo la belleza, será porque tengo muy mala imaginación y solo veo lo que hay.  Me gusta mirar un cuadro y poder contemplar como el artista, reproduce hasta el más ínfimo detalle con una naturalidad asombrosa, esas caras que les falta  hablar, esas manos con el detalle de las venas más pequeñas.  Pues en arquitectura y decoración me pasa igual, me gusta una casa que parezca una casa y no un bloque de hormigón, con una decoración de casa y no pasillo de sótano. Como me oiga Joaquín Torres.

Nos detuvimos unos momentos al  doblar la esquina de la Avenida de la Ópera y quedar delante nuestra el Palacio Garnier, que preciosidad de fachada, resaltada por la buena iluminación que posee, los detalles dorados brillaban más llegando a su máximo exponente en las dos estatuas.   Su escalera es tiene una robustez y delicadeza que te conmueve los sentidos, se podría pasar uno horas contemplando esa maravilla.  Más de una veintena de lámparas cuelgan del Gran Salón, sus columnas doradas, sus frescos. Su patio de butacas es sublime, te deja sin palabras su decoración neobarroca.

Después de lo del arte voy a descubrir otra paletada mía, la ópera me aburre de solemnidad, creo que llegue a dar alguna cabezada, mi mujer no hacía nada más que darme con el codo en las costillas, si no hubiera sido así, me hubiera puesto a roncar cual choto. Tuvimos la noche movidita, me debió de sentar algo mal de la cena y pase más tiempo en el baño que en la cama.

“Buenos días.

Este es el último día en Paris y por mi parte solo tenéis que hacer dos cositas muy fáciles:

1ª Visitar el cementerio de Montparnasse, algo que para mí tiene mucho encanto.

2ª Ir al Mercado de las Flores, tienes que buscar un puesto especial, sabrás cual es cuando lo veas.

Divertirse”


Esta vez nos dieron el sobre mientras desayunábamos, tendríamos que hacer caso y ver como acababa esto. ©Fer

jueves, 25 de julio de 2013

EL SMS. PARTE XX.



Abrí el ojo al entrar la primera claridad por la ventana, me estire un par de veces, tenía los músculos agarrotados. Me acerque a la venta a mirar el día que hacía………………plomizo, siempre igual, creo que en todos los días que hemos estado, cerca de 30 juntando todos los viajes, hemos tenido 3 o 4 días de sol, los demás ha sido este cielo plomizo.

Duchados y arregladitos bajamos a desayunar, el salón Meurice es espectacular, decorado de forma palaciega te traslada a la corte del Rey Sol. Con el estómago lleno al salir nos llamó otra vez la recepcionista y nos entregó otro sobre, ¿cuantos habría?

“Buenos días
Espero que os divirtierais, es muy romántica la cena en el barco  y el espectáculo le pone un punto frívolo. Hoy disfrutar del día a vuestro aire, esta noche tenéis entradas para la Opera.
A divertirse. Besos”

No sé lo que pretendía Encarnación y hasta donde quería llegar, las demás pruebas las había ido entendiendo, pero esta no daba con la clave, no teníamos que hacer nada, solo disfrutar. Lo que no la puedo negar es su capacidad de organización, lo tenía todo perfectamente cuadrado, no se le escapo ni un solo detalle.

Hoy nos quedaríamos a esta parte del río  teníamos que hacer algunos encargos y seguro que algo caería para nosotros. Para que vamos a perder el tiempo, derechos a la Vendôme, plaza donde están las mejores joyerías, aquí sería nada más que darse el gusto de mirar. La Madeleina, la Opera, y derechos para el Sagrado Corazón. En este último tenemos una anécdota de lo más simpática.

En nuestro primer viaje, el primer día, si nos dan un par de horas más nos salimos de Francia, mapa en mano y con cara de Paco Martinez Soria, por la tarde a última hora queríamos ir al Sagrado Corazón, las puestas del Sol  son inolvidables con todo París a tus pies. Nos bajamos del metro y derechos para arriba, calle para un lado, calle para otro y  delante de nosotros una escalera muy parecida a la del Exorcista, pero como 4 veces más larga. Pasito a pasito fuimos subiendo con las piernas agarrotadas, llevábamos más de 12 horas dando vueltas. Entramos en el Sagrado Corazón, rezamos un padre nuestro y salimos a contemplar las vistas, mientras estoy extasiado por la visión siento una colleja, encogido por el susto oigo la voz de Rosa:

-Me haces subir todas esas escaleras y hay funicular……………….te mato.

Habíamos subido por una escalera que hay en el lateral y no por la escalinata principal.

En la  calle San Honore, sin tener el nombre de otras, está salpicada de las mejores tiendas de París  va paralela a los Campos Elíseos y a Rivoli. Es conocida la pasión de las mujeres por las tiendas y como es lógico, mi mujer no hace de menos su condición femenina, así que nos la recorrimos por completo. Acabamos llenos de bolsas y derechos al hotel.


Mientras se duchaba Rosa baje a recepción, quería intentar sonsacarle algo a la chica de los sobres.  No saque muchas cosas en claro, pero alguna cosilla sí. Los sobres habían llegado por correo en un sobre más grande,  ella seguía órdenes personales del director del hotel y solo sabía cuándo tenía que entregar cada sobre. Subí a descansar un poco y a ducharme antes de bajar a cenar. ©Fer

martes, 23 de julio de 2013

EL SMS. PARTE XIX.



Picamos algo en un café  al lado del Trocadero,  las vistas desde allí son impresionantes, quedan a tus pies los jardines del Trocadero,  el Sena, la Torre, los Campos de Marte. Son graciosas las artimañas que se buscan los vendedores de souvenirs, te oyen hablando en español y se acercan a toda prisa diciendo: Hola Mari Carmen. Son inverosímiles las colas que se forman  durante todo el día para la Torre, lo normal son un par de horitas de espera.

 Fuimos callejeando paralelos al rio dirección a la Cité, fuera de cualquier circuito turístico,  es la única forma de descubrir rincones  fabulosos. Estos barrios son de alto nivel y se respira una gran tranquilidad en sus calles, lo cual te invita a disfrutar del paseo. Poco a poco va cambiando el ambiente,  el tipo de casa, la gente, las tiendas….vas entrando en el Barrio Latino.

Es el barrio de la juventud, la alegría, del bullicio, en él se encuentran La Sorbona y varias Universidades, llamado así desde la Edad Media por la utilización del latín. En sus calles podemos encontrar casi de todo, desde comida rápida, a locales de copas con música en vivo, cines,  librerías con historia Shakespeare and Company.


Cruzamos a la Cité por el Pequeño Puente, saliendo a Nuestra Señora, siempre me ha dado la impresión que sus dos torres no estaban terminadas.  No pudimos pasar, se estaba celebrando una misa en recuerdo a los caídos en una batalla de la II Guerra Mundial, estaba lleno de militares y veteranos. Yo siempre miro para arriba, por si veo balancearse de gárgola en gárgola  a Quasimodo. Nos acercamos a la Santa Capilla, en la misma Cité, es la gran desconocida eclipsada por Nuestra Señora. Es un espectáculo de luz y color.
Cruzamos por el Puente Nuevo, llamado así por ser el primer puente de piedra, llegamos a San German de Auxerrois, en la plaza del Louvre. Desde su entrada se tiene una vista curiosa, mirando a través de las puertas del museo, se puede contemplar la punta de la pirámide. Ese sería nuestro camino.
Nada más entrar en el hotel, reclamo nuestra atención una de las recepcionistas, nos entregó un sobre, era de Encamación.
“Buenas tardes.
Espero que tú  y tú estéis disfrutando del viaje, es una ciudad maravillosa. No sé si la conocéis, pero da lo mismo, es la ciudad de la luz, la ciudad del amor.
Esta noche tenéis cena, así que a ducharse, arreglarse y disfrutar.
Besos”
Entramos derechos a la ducha, nos tumbamos un rato a descansar, la caminata se notaba. La ducha nos relajó y la verdad que no apetecía nada salir, pero había que ir a cenar. Otra ducha y a comenzamos a  arreglarnos.
Nos esperaba un coche en la puerta del hotel para llevarnos, pero antes haríamos una visita nocturna, nos mostrarían  los monumentos más importantes por la noche. Por mucho que rivalice en belleza,  la que sobresale por encima de todos en espectacularidad  es la Torre. Su iluminación dorada la dotan de un halo de señorío, los destellos  plateados llaman la atención y todo coronado por el gran foco de tu punta.
Entramos en el barco acristalado, decorado con detalle, estaba lleno. Nos sentaron por el centro del barco, nos trajeron un aperitivo y nos comunicaron que en breve zarparíamos. Una cena en barco, por el Sena, de noche y contemplando esta ciudad es algo inenarrable. La cena correcta y el espectáculo del Grazy Horse maravilloso. Estos momentos son en los que te salen los  sentimientos que tiene por la persona amada, solo con mirarle a los ojos es bastante.

Nos recogió el coche, mi mujer se acurruco en mí y fuimos callados. Nada más entrar en la habitación la atraje hacia a mí, nos fundimos en un largo beso. La noche fue larga y dulce. ©Fer

lunes, 22 de julio de 2013

EL SMS. PARTE XVIII.



Empezamos el descenso, poco a poco nos fuimos acercando a las nubes que estaban a nuestros pies, traspasamos esa alfombra de algodón, pasamos de un cielo azul y un sol maravilloso a un cielo plomizo.  Vamos notando el cambio de presión, se te pasa por la cabeza…….”esto baja demasiado rápido”   Llegamos a Orly.

Nos estaba esperando un chofer para llevarnos al hotel, era el  prototipo de chofer de los aeropuertos, simpático, servicial, acelerado, chapurreando mil idiomas. En el trayecto nos fue dando las indicaciones típicas  y comentando  por donde pasábamos.

Llegamos a la puerta del Hotel Le Meurice,  en la calle Rivoli enfrente de las Tullerias.  Es uno de los hoteles con más encantado, tanto por su situación, como por su elegancia.
Su clasicismo te embarca a otra época rememorando aires del pasado.  Marmoles, columnas, maderas nobles, muebles de todos los Luises….  Pasamos por recepción y subimos a refrescarnos y cambiarnos de ropa.

La habitación bien merece un capitulo para ella sola, el intentar describir en pocas palabras sus características es complicado.  Amplia, luminosa, colores pastel, una cama inmensa la  preside,  butacas Luis XV, el baño en mármol con una  bañera antigua en el centro. Todo cuidado al mínimo detalle,  cada florero, centro, copa, lámpara, vaso….parecía como si hubiera sido colocado tras un largo estudio.

Listos y en perfecto estado de revista salimos a  patearnos Paris, es una costumbre que tenemos siempre que viajamos, utilizar los menos medios de locomoción que podamos y más en esta espectacular ciudad. Sexta visita y siempre con la misma ilusión. Subimos paseando por los soportales de la calle Rivoli hasta llegar a la altura de Plaza del Carrousel, que es la que separa las Tullerias  del Museo de Louvre. El museo  lo dejaríamos para alguna tarde más relajada.

Las vistas que tiene uno desde allí son espectaculares, a tu espalda la explanada del Louvre, presidida por la pirámide de cristal y de frente todas las Tullerias, la Plaza de la Concordia, Campos Eliseos y por último el Arco del Triunfo.  Esta vista es grandiosa  de noche cuando esta puesta en la Concordia la Gran Noria. Da gusto ver el cuidado y el respeto que tiene la gente, no ves un papel en el suelo, ni una colilla,  un detalle que me llamo mucho la atención es ver a una mujer bien vestida, agacharse, apagar el cigarro en el suelo, meterse la colilla en un bolsillo y ver como la tiraba en la primer papelera que encontró.

La Concorde es la separación entre las Tullerias y los Campos Eliseos.  Presidida por el obelisco de Luxor, regalo de Egipto y flanqueado por dos fuentes, es la plaza más importante de Paris por su historia, en ella se instaló la guillotina.

Los jardines siguen al principio de los Campos Eliseos y entre sus árboles hacemos importantes descubrimientos. A la derecha el Palacio del Eliseo, residencia del Presidente de la Republica. A la Izquierda, el Gran y el Pequeño Palacio, que se construyeron para una Exposición Universal. Pasamos a parte alta de los Campos.
Esta es la zona más conocida y comercial y glamurosa, tiendas de primeras marcas, así como teatros y cabaret como el Lido. Uno de los cafés-brasserie más famosa  es el Fouquet`s, punto de referencia del famoseo, caro, mal servicio y comida normalita.


Llegamos al Arco del Triunfo, construido por Napoleón tras la victoria de Austerlitzy como homenaje a sus tropas, se ha convertido en uno de los monumentos de referencia. En sus paredes podemos leer el nombre de las batallas ganadas por los ejércitos de Napoleón, así como el nombre de sus generales muertos en combate. La subida a lo alto del arcos, se hace por una escalera angosta y empinada, 189 escalones para subir los 50 metros, pero merece la pena. ©Fer

viernes, 19 de julio de 2013

EL SMS. PARTE XVII.



Pregunte por Dolores en la agencia. Era una mujerona de unos 50 años, alta de curvas pronunciadas y con  una gran clase. A parte de uno ojos que te hipnotizaba, tenía un pecho  descomunal, jamás había visto nada semejante, pero contrario a lo que pueda uno pensar, no desentonaba demasiado, toda ella era grande, que no gorda.

Cuando termino de hablar por teléfono se levantó y vino a saludarme muy amablemente. Me invito a sentarme en su mesa. Le explique qué venia de parte de Encarnación y se le iluminaron los ojos, me comento que eran buenas amigas y que había sentido mucho su perdida. Abrió unos de los cajones y saco una carpeta.

Se tenía que haber dado cuenta, mis ojos solo tenías dos objetivos, sus ojos y sus pechos, no podía mirar para otro lado. Ella siguió hablando con la mayor naturalidad del mundo y empezó a entrar en detalles de lo que había dejado Encarna para mí.

Consistía en un viaje de 4 días a Paris para dos personas, hotel, varias excursiones y entradas para varios sitios, la fecha de salida era para este jueves a las 8 de la mañana, lo billetes estaban  a nombre de Rosa y mío, joder lo fino que había hilado Encarna.

A las 6 nos estaba esperando el taxi en la puerta, nos ayudó el taxista a subir las maletas, no me puedo explicar cómo hay gente que con una mochilita se apaña, yo para un fin de semana necesito una maleta amplia. Nos quedamos en la puerta para echar un cigarro antes de entrar, facturamos las maletas y nos fuimos a desayunar.  Siguen sin gustarme las cafeterías del aeropuerto, además de  caras, no tienen buen servicio, pero bueno teníamos que hacer tiempo.

A pesar del madrugón tenía el día jocoso y mientras tomábamos el café me dio por comentar de la gente que pasaba, a cada uno le fui creando una pequeña historia:

-Esa pareja va de luna de miel y la cara de mala leche que lleva ella, eso es que se llevan a la madre de él.

-Eso grupo de jovencitas van a Ibiza de viaje de fin de curso, llevan de todo menos bragas.

-Esta chica de Sudamérica viene a conocer a su novio de Internet.

-Aquel con traje y cara de pena va a una reunión de negocios.

-Aquel  grupo viene de un Crucero nudista.

Pobre Rosa, lo que me tiene que aguantar.

Salimos a la puerta otra vez a echar un cigarro, es impresionante ver las colas de los taxis, debe ser un negocio el estar 4 horas parado esperando para cargar un viajero, que lo dudo, pero cada cual sabe de lo suyo. Sigo sin entender esta estúpida prohibición del tabaco. Me parece genial que en los lugares públicos no se fume, lo que no entiendo es que no habiliten zonas para ello, dicen que es por nuestra salud y nos lo prohíben,  si fuera por eso ¿No sería mejor dejar de venderlo?

A mí cada día se me cae más el mito de las azafatas,  las hay guapísimas y espectaculares, pero la mayoría suelen ser muy normalitas y hay un porcentaje considerable que son unos cayos. Y  los trajecitos que eligen algunas compañías, que entre escoger conjuntos raros y los colores  te hacen daño a la vista.

Embarcamos y nos sentamos tranquilamente en los asientos que nos correspondían, baje la repisa y empecé a ojear el periódico mientras se ubicaba todo el pasaje. Las explicaciones de rigor por la megafonía, el sonido de las rudas por la pista de rodadura para coger cabecera de pista, el pasar de las luces, el giro, esos segundos de calma y la aceleración repentina para alanzar la velocidad de despegue.


Paris mon amour.  Bon voyage. ©Fer

jueves, 18 de julio de 2013

EL SMS. PARTE XVI.



Lo angosto del cañón y los escalones desgastados,  hacían que la bajada no fuera tan fácil. Ante uno, la profunda oscuridad rota por el haz de la linterna, notabas en la piel como al ir bajando descendía la temperatura, las paredes se iban cubriendo de un moho blanquecino y la humedad se hacía más evidente.

Allí abajo había pocos sitios para poder esconder algo, las paredes cortadas por la punta del pico, solo con alguna pequeña hendidura donde se colocaban los cerillos antiguamente. Así que solo quedaba detrás de las barricas y los cubetes, no sería muy complicado, solo había 6. Lo encontré en el 4º, pegado en la parte trasera.

“Hola Fernando.

Recuerda como me gustaban las chuletas a la parrilla y ese vinillo que entraba de maravilla, más de una vez salí empachada y un poco contenta.

La última es prueba es la más fácil de todas. Tienes que ir a la agencia de viajes que hay debajo de mi casa y preguntar por Dolores.

Suerte. Besos”

Con la tranquilidad de haber encontrado el sobre me comí las chuletas con gusto, acompañadas de un buen cantero de la hogaza y unos tragos de vino. La noche era templada  y nos fuimos para casa de mi primo cerca de las 2 de la madrugada.

Recorría las calles cuando despuntaba el día, solo se escuchaba el canto de los pájaros. Cada rincón me traía un recuerdo. Esa valla de piedra donde me escalabre, el poyete donde se sentaba mi querido Cayo, el frontón donde había jugado tanto, los soportales de las escuelas donde íbamos a echar nuestros primeros cigarros, la fuente de 4 caños, la plaza donde se ponía la música y descubrí los placeres del baile, las eras primeros escarceos amorosos………. Y tantos y tantos más.

Pero si hay algo que recuerdo con claridad son los ruidos, el cacarear de las gallinas, el rechinar de los guijarros aplastados por las ruedas de los carros, el balar de los rebaños cuando los sacaban a pastar pasando por mitad del pueblo, el golpe seco de los cascos de los machos para quitarse las moscas, el chasquido de las trallas, el crujir de la paja al ser trillada…….

Cuando volví estaban preparando el desayuno, coñe que seguían utilizando aquellos tazones de porcelana  que hacían medio litro por lo menos, mi primo seguía con la misma costumbre de migarse el pan, los demás le dimos a la torta dulce de anís.  Tras mucho insistir para que nos quedáramos a comer, nos despedimos  y nos dirigimos a las Hoces del Duratón.

Dejamos en el coche en el aparcamiento y empezamos a bajar el camino hacia la Ermita de San Frutos, enclavada en unos de los salientes de las Hoces, tiene unas vistas privilegiadas del rio y los cortados. Yo me he preguntado muchas veces: ¿Y el Frutos este, como que le dio por acabar allí?  Hacia algo de viento el cual aprovechaban los buitres y pasaban casi rozándote la cabeza.  La Ermita esta en uso y del convento quedan en pie algunas de las paredes. Al ser pronto, solo había 3 personas más, la paz y tranquilidad que se respiraba era absoluta.

Después de un buen paseo fuimos a Sepúlveda a ver a unos amigos y de paso comer. Cholo y Balbi son una pareja encantadora que regentan uno de los restaurantes típicos, Casa Paulino. Pasamos primero por el restaurante donde estaría Cholo y después pasaríamos por su casa para ver a Balbi.

La historia de esta Villa se remonta a varios siglos A.C., así que podríamos escribir mucho, nos quedaremos con su conjunto histórico de casas y monumentos, siendo su seña de identidad la plaza Mayor empedrada y las Iglesias de El Salvador y la de la Virgen de la Peña.


Salimos hacia Madrid con el estómago lleno y con la alegría de haber pasado unas horas con unos buenos amigos. ©Fer