Pregunte por Dolores en la agencia. Era una mujerona de
unos 50 años, alta de curvas pronunciadas y con
una gran clase. A parte de uno ojos que te hipnotizaba, tenía un pecho descomunal, jamás había visto nada semejante,
pero contrario a lo que pueda uno pensar, no desentonaba demasiado, toda ella
era grande, que no gorda.
Cuando termino de hablar por teléfono se levantó y vino a
saludarme muy amablemente. Me invito a sentarme en su mesa. Le explique qué venia
de parte de Encarnación y se le iluminaron los ojos, me comento que eran buenas
amigas y que había sentido mucho su perdida. Abrió unos de los cajones y saco
una carpeta.
Se tenía que haber dado cuenta, mis ojos solo tenías dos
objetivos, sus ojos y sus pechos, no podía mirar para otro lado. Ella siguió
hablando con la mayor naturalidad del mundo y empezó a entrar en detalles de lo
que había dejado Encarna para mí.
Consistía en un viaje de 4 días a Paris para dos
personas, hotel, varias excursiones y entradas para varios sitios, la fecha de
salida era para este jueves a las 8 de la mañana, lo billetes estaban a nombre de Rosa y mío, joder lo fino que había
hilado Encarna.
A las 6 nos estaba esperando el taxi en la puerta, nos ayudó
el taxista a subir las maletas, no me puedo explicar cómo hay gente que con una
mochilita se apaña, yo para un fin de semana necesito una maleta amplia. Nos
quedamos en la puerta para echar un cigarro antes de entrar, facturamos las
maletas y nos fuimos a desayunar. Siguen
sin gustarme las cafeterías del aeropuerto, además de caras, no tienen buen servicio, pero bueno teníamos
que hacer tiempo.
A pesar del madrugón tenía el día jocoso y mientras tomábamos
el café me dio por comentar de la gente que pasaba, a cada uno le fui creando
una pequeña historia:
-Esa pareja va de luna de miel y la cara de mala leche
que lleva ella, eso es que se llevan a la madre de él.
-Eso grupo de jovencitas van a Ibiza de viaje de fin de
curso, llevan de todo menos bragas.
-Esta chica de Sudamérica viene a conocer a su novio de
Internet.
-Aquel con traje y cara de pena va a una reunión de
negocios.
-Aquel grupo viene
de un Crucero nudista.
Pobre Rosa, lo que me tiene que aguantar.
Salimos a la puerta otra vez a echar un cigarro, es
impresionante ver las colas de los taxis, debe ser un negocio el estar 4 horas
parado esperando para cargar un viajero, que lo dudo, pero cada cual sabe de lo
suyo. Sigo sin entender esta estúpida prohibición del tabaco. Me parece genial
que en los lugares públicos no se fume, lo que no entiendo es que no habiliten
zonas para ello, dicen que es por nuestra salud y nos lo prohíben, si fuera por eso ¿No sería mejor dejar de
venderlo?
A mí cada día se me cae más el mito de las azafatas, las hay guapísimas y espectaculares, pero la mayoría
suelen ser muy normalitas y hay un porcentaje considerable que son unos cayos.
Y los trajecitos que eligen algunas compañías,
que entre escoger conjuntos raros y los colores
te hacen daño a la vista.
Embarcamos y nos sentamos tranquilamente en los asientos
que nos correspondían, baje la repisa y empecé a ojear el periódico mientras se
ubicaba todo el pasaje. Las explicaciones de rigor por la megafonía, el sonido
de las rudas por la pista de rodadura para coger cabecera de pista, el pasar de
las luces, el giro, esos segundos de calma y la aceleración repentina para
alanzar la velocidad de despegue.
Paris mon amour. Bon voyage. ©Fer
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