miércoles, 30 de enero de 2013

FACE TO FACE. Parte VI.


La complicidad que habíamos tenido era inexplicable, había sido maravilloso. Nuestros cuerpos se habían convertido solo en uno, cada movimiento  era como un baile perfectamente sincronizado, dos bailarines en busca del máximo placer.
Su cuerpo rezumaba sensualidad cuando cabalgaba sobre mí, el movimiento de sus pechos me hipnotizaron, el ritmo de sus caderas era el ideal con el grado de excitación, sus ojos expresaban todo su placer y esa voz dulce casi como una melodía.


Después de un cigarro y una charla tranquila me dormí abrazado a ella. No sabía si era un sueño o solo estaba recordando los momentos que acababa de vivir, pero la sensación que me estaba provocando era placentera. Aquello era algo más que un polvo.
Me desperté sobresaltado cuando sonó el teléfono, otra vez del trabajo, no le dejan a uno tranquilo. La sorprendí cuando saque el regalo, más me sorprendió ella cuando me dio el mío, no podía ser, esta mujer era perfecta.
Salimos a tomar el café que teníamos pendiente, que al final cambiamos por una pizza y un cine. La sensación de tener su mano agarrada me gustaba, joder que cara de panoli debía tener, la miraba y me salía la felicidad por los poros.
Volví a sentir sus pechos y cara en mi espalda y sus manos en los bolsillos, pero ahora la sensación era distinta, antes eléctrica, ahora reconfortante. Ahora no di al puño, no tenía prisa, quería seguir sintiendo aquello.


Mi cabeza en sus piernas mientras veíamos la tele un rato, no puedo comprender como quede dormido otra vez, volvió a mis sueños el encuentro de hacía un rato.
Nos desnudamos y  metimos en la cama, con el roce de su piel me excite nuevamente, la bese profundamente, mis manos recorrían su cuerpo que temblaba. Baje besando su cuello hasta llegar a sus pezones, estaban duros y con el roce de mi lengua suspiro profundamente. Su mano  busco por debajo de la sábana encontrarme y cuando lo hizo volvimos a besarnos dulcemente.
Tras un rato de caricias me separe de ella, separe levemente sus piernas y metí mi cabeza entre ellas, lamí sus ingles, mordí sus muslos mientras me sujetaba la cabeza con ambas manos, sus suspiros se convirtieron en gemidos al notar mi boca en su pubis. Entre espasmos y gritos se vino en mí. Ahora era el momento.


Le di la vuelta y la  penetre muy despacio, como si no quisiera que terminara,  sintiendo cada  reacción de su cuerpo, cada espasmo, cada  contracción. Fuimos acelerando el ritmo hasta llegar a uno frenético, la vista la tenía nublada y mi único sentido que estaba a pleno rendimiento era el tacto, un escalofrió recorrió mi espalda y se tensó todo mi cuerpo a la vez que el suyo. Entre gritos de placer caímos rendidos el uno al lado del otro, abrazados y jadeando. ©Fer

FACE TO FACE. Parte V.




Acurrucada a su lado, con los pies enredados. Hemos estado hablando y fumando un cigarrillo a medias pero ahora se ha quedado dormido abrazándome. Aprovecho ese momento para observarle detenidamente... Su pelo, la forma de sus ojos, su nariz, su boca, su cuerpo. Le veo relajado, cómodo, tranquilo y seguro y me doy cuenta de que yo también me siento tranquila, cómoda y segura en sus brazos. Creo que sí, que me estoy enamorando. Después de este pensamiento yo también me quedo dormida. Suena un móvil, el suyo, alguna consulta de trabajo... Vuelve y nos acurrucamos de nuevo. Ya no hay tensión, sólo complicidad.
- ¿Nos tomamos ese café? (dice).
Sonrío.
- Sí, me apetece.


Alarga el brazo y de detrás del sofá saca un regalo, es para mí, (casi me atraganto con el café)... Es un disco, (¡me gusta!)... Yo alargo el brazo también y saco de mi bolso su regalo... ¡¡Felices Reyes!! (es un llavero, espero que le guste)... Besitos dándonos las gracias... (ufff que bien me siento). Salimos de nuevo, hace frío y decidimos tomar unas pizzas y después entrar en el cine, una de risa... Aún así, nos pasamos toda la película cogidos de la mano, mirándonos y sonriéndonos. Vuelta al apartamento en la moto, de nuevo mis manos en sus bolsillos, pego mi cara a su espalda, cierro los ojos... (me siento tan cómoda contigo que iría a cualquier parte a la que me llevaras). Es temprano para irnos a dormir, enciende la tele de nuevo, se tumba en el sofá con la cabeza apoyada en mis piernas, le acaricio el pelo, cierra los ojos y se vuelve a quedar dormido (normal, ha sido un día intenso)...
- ¿Quieres que nos vayamos a dormir?
- "Sip"
(¡¡¡Huy, pues no está tan cansado como pensaba!!! ja, ja, ja) ©Sugar


lunes, 28 de enero de 2013

FACE TO FACE. Parte IV.


Acabamos de comer  y  pregunto que la apetece hacer, ella me cede toda la iniciativa y se deja llevar. Mi cabeza piensa rápido y el plan le tengo case ya urdido.


Siento sus pechos como se clavan en mi espalda cuando nos subimos en la moto, mete las manos en los bolsillos de mi cazadora, mi cuerpo se carga de electricidad y le doy al puño.
En el ascensor la tensión se puede casi cortar, ninguno de los dos sabe dónde mirar, voy tramando como daré los pasa necesario para que sea mía, la deseo, aquella mujer me atrae mucho más de lo que podía imaginar y creo que para más de un polvo.


Siento como sus nervios van en aumento cuando me siento a su lado en el sofá, todavía esta tensa y no sabe lo que vendrá después, no es capaz de centrar sus pensamientos, la cabeza casi le da vueltas.
Cambio de canales instintivamente sin prestar atención, solo estaba pendiente de sus reacciones, Dios mío, era un saco de nervios sentado a mi lado. Solamente había visto a una mujer así de nerviosa y fue una novia que tuve cuando tenía 16 años y nos quedamos solos un día  en casa de mis padres.


Creo que ha llegado el momento, tomo aire y me giro hacia ella, la miro fijamente a los ojos y ella clava los suyos en los míos, está todo dicho. Me voy acercando lentamente sin dejar de mírale a los ojos hasta que rozo mis labios con los suyos,  le cuesta unos segundos reaccionar, pero lo acaba haciendo. Nos fundimos en un beso largo y profundo. ©Fer

viernes, 25 de enero de 2013

FACE TO FACE. Parte III.




-¿Nos vamos? (me pregunta)

 - ¡Vale! (respondo)

- ¿Dónde quieres ir?

– Tú decides, es tu ciudad.

Se queda pensativo unos segundos y me propone ir a su casa a tomar un café y a hacer hora para un cine. ¡Vale! (respondo de nuevo. Jó, que poco desparpajo tengo ¿es que sólo sé decir vale?… ñe, ñe, ñe).

Nos ponemos el casco y subimos a su moto, hace mucho frío e instintivamente me pego a su espalda y meto mis manos en los bolsillos de su cazadora (¡madre mía! ¿No estaré siendo demasiado atrevida? Sólo hace unas horas que le conozco, pero es tan cálida esta sensación…) Aparca, subimos a su casa.



En el ascensor no somos capaces de aguantarnos la mirada ¡Dios, qué tensión!. Un apartamento pequeño, muy de chico. Me dice que me siente y eso hago, se sienta a mi lado y pone la tele, me pregunta si quiero ver algo en particular… (¿Qué? ¿Cómo? ¿Y el café?… No puedo aguantarte esa mirada, no aguanto más esta tensión que me hace sentir como una adolescente en apuros. ¡¡Por favor!! ¿Te puedes ir un ratito para que mi corazón deje de bombear a mil por hora?).



En dos o tres minutos he cruzado las piernas no sé cuántas veces, de izquierda a derecha de derecha a izquierda y otra vez de izquierda a derecha, cruzo los brazos, los dejo caer, me miro las botas, me miro las uñas, miro hacia la ventana, mira las paredes… ¡Bien! Él, está concentrado en cambiar de canal por lo que no se dará cuenta de mi nerviosismo.



De repente suelta el mando, se gira y se me queda mirando… Esta vez sí le aguanto la mirada (me siento como hipnotizada) tengo la sensación de que el tiempo se ralentiza, veo como se me acerca, despacio, muy despacio… y me besa. Le devuelvo el beso, me siento petrificada, los brazos caídos… sólo concentrada en aquel beso… su beso. .. (¡¡A tomar viento la tensión!!) Hemos vuelto a tirar los dados… (No sé qué pasará más adelante, pero aquí, ahora, en este momento eres mi chico)… y le abrazo…©Sugar

jueves, 24 de enero de 2013

FACE TO FACE. Parte II.




Me fije rápidamente en su foto, me atrajo la expresividad de sus ojos. Como podía ser amiga de Luis con lo sosito que es. Salta el aviso de una solicitud de amistad, quien coño quiere ahora ser amigo mío.
No me lo creo, es ella. Una sonrisa  alumbra mi cara y mi ánimo cambia al instante. Me quedo un poco parado pero no tardo mucho tiempo en aceptarle. Me voy a su muro a cotillear,  pincho en sus fotos, no dejo un álbum sin mirar, me encanta esta mujer. Leo y releo sus comentarios y  voy descubriendo que además de un cuerpo hay una gran mujer.
Me desperté como hace mucho que no lo hacía,  estaba contento. Abrí deprisa el Face y busque su había algún comentario suyo, no había nada,  me acorde del chat, allí estaba, su foto y el piloto verde, no lo dude un momento.
-Hola.
Respondió de inmediato y comenzamos una conversación muy amena, no había un momento de duda por parte de ninguno. El tiempo se nos pasó rápidamente y llego la hora  de despedirnos, sin saber cómo ni porque le dije:
-Oye, eres un encanto.


Nada más enviar el mensaje me entraron las dudas, no debía haber puesto eso, no sé cómo se lo tomaría, no me puedo dejar llevar por mis sentimientos. Comprobé  al día siguiente que no se lo había tomado a mal, seguía igual de simpática.
Nuestras charlas cada vez eran más largas, intensas, teníamos más complicidad, muchas veces me daba la sensación que la tenía delante. Me atreví a dar el paso y pedirle su teléfono, necesitaba escuchar su voz.


Su voz estaba perfectamente adaptada a ella, me puse nervioso al principio, pero poco a poco fuimos recuperando la fluidez que teníamos por el chat. No sabía el tiempo que llevábamos hablando, solo que era de madrugada y que me apetecía seguir.  Una sensación dulce inundaba mi cuerpo después de despedirnos, metido en la cama era incapaz de dormir.
Poco a poco fui soltando indirectas, necesitaba conocerla en persona y creo que  ella también le apetecía, al final dimos el paso y quedamos para conocernos.

Estaba media hora antes donde habíamos quedado, las manos me sudaban y las piernas eran de gelatina, no hacía nada más que mirar el reloj. Cuando la vi aparecer fue como si se detuviera el mundo.
-Hola.
El sentir su mejilla contra la mía al darnos dos besos me trasporto a otro mundo.
Durante la comida acabo de cautivarme, solo podía pensar que la quería besar. ©Fer

miércoles, 23 de enero de 2013

FACE TO FACE. Parte I




Aburrida mirando la pantalla, ves a alguien comentar, ¡¡qué mono!! Piensas, pinchas su nombre y solicitas amistad. Es simpático, seguro que da juego en mi "feis". Ufff que tarde me voy a dormir.

Al día siguiente, inicias sesión y al minuto se abre la ventana del chat... Es el chico tan mono... Hola  (dice), Hola (respondes), ¿De dónde eres? Y tras una conversación larga y agradable se despide con "oye, eres un encanto”. Ésa frase marca la casilla de salida a unos sentimientos que irán creciendo según se van tirando los dados en este juego.



Día tras día, cada vez que inicias sesión la ventana del chat se abre con la misma coletilla, “Hola ". Una semana escribiendo y llega el intercambio de teléfonos. Una llamada con un comienzo tímido. Es la primera vez que escuchas su voz, no está mal, me gusta. Claro que no está nada mal, 5 horas colgados al teléfono hablando de todo, riendo, sintiéndote muy a gusto, sin ganas de colgar, pero son las 3 de la mañana y el cansancio vence... Hasta mañana, hasta mañana...

Te despiertas tarde, y nada más abrir los ojos, piensas en él, en la conversación del día anterior. Mientras que el café sube, van subiendo las ganas de volver a escucharlo, Uff ¿qué me está ocurriendo?


 Un mes hablando todos los días, robando tiempo al tiempo para colgarnos al teléfono con cualquier excusa, se habla de conocernos, se habla de sentimientos. Una proposición ¿Cenamos juntos?, un hormigueo en el estómago, un paso más en la relación. Pues claro que cenamos juntos,  Face to face.


 Hola... hola... (Dos besos) (Miradas furtivas para conocernos mejor) Una comida... y dos horas después ninguno de los dos puede aguantar las ganas de besarse. ©Sugar

martes, 8 de enero de 2013

LA VENTANA


Entre en la cocina a beber un vaso de agua,  no me hizo falta encender la luz por que con la claridad que entraba atreves de una venta que había y que daba con la habitación de los padres de mi amigo, veía  de sobra. Los cristales eran translucidos, pero estaba la ventana entreabierta y no pude controlar el impulso de mirar, son las cosas de tener 14 años.

Me quede sin respiración al ver como aquella mujer se estaba desnudando para irse a dormir. Tenía unos 40 años y era una mujer  atractiva. Fue desabrochando la blusa con toda delicadeza y con un gesto de lo más delicado se la quitó, no podía ver bien, pero pude contemplar uno de sus pechos atrapado por el sujetador. Se colocó dándome la espalda y echo las manos hacia atrás para desabrochar la cremallera de la falda, sujeta solo por una mano se la quitó doblándola y poniéndola en una silla, la escena me estaba produciendo sensaciones que jamás había tenido.


No me lo podía creer, aquella mujer la tenía a menos de 2 metros en sujetador y media combinación.
No sabía cómo lo había hecho pero estaba en bragas y sujetador,  la verdad que no era un conjunto de lo más sexy, era lo que suelen llamar las mujeres cómodo.
Justo cuando empezó a quitarse el sujetador se volvió dándome la espalda, yo para mis adentros maldecía, su espalda era preciosa daban ganas de acariciarle. Bajo sus bragas muy despacio dejándome apreciar completamente todo su culo, que maravilla de curvas, sin ser  grande era respingón y se le veía de carnes prietas, cuanto había dado por poder cogerlo. 
De repente y sin que me lo esperara se dio la vuelta, dejándome ver toda su desnudez de frente.


Tenía unos pechos redondeados, unas aureolas redondas que casi se podía pensar que estaban trazadas por un compás y unos pezones que sobresalían. Baje mi mirada recorriendo su cuerpo, no tenía ni un gramo de mas,  un ombligo redondito y bien formado, pero lo que me llevo casi al éxtasis fue su entrepierna, una mata de pelo negro la cubría por completo.
De repente y sin saber cómo  me quede sin visión, había caído como un telón el camisón, aquel espectáculo maravilloso se había terminado.
Con una desazón en todo mi cuerpo, salí de la cocina y me fui a seguir viendo la película con mi amigo, pero mis pensamientos estaban  en la habitación del al lado.

Cuantos sueños húmedos me ha provocado aquella visión.  ©Fer