jueves, 28 de febrero de 2013

ATADA.




Te ate en la cama.
El juego había comenzado
Tu cuerpo me pertenecía.
Pase las yemas de mis dedos por tu cuerpo.
Te dio un escalofrió.
Lentamente quite tu ropa interior.
Mi lengua se centró en tus pezones.
Alcanzaron su máximo esplendor.
Suspiras y gimes.
Rozo la suavidad de tu sexo.
Te retuerces de placer.
Es el momento apropiado.
Mi boca en tu Venus.
Mi lengua se recrea en ti.
Te acomodas para recibirme.
Siente como nos hacemos uno.
Movimientos acompasados.
Los músculos se tensan.
Gritos de gozo.
Nos miramos a los ojos. ©Fer

miércoles, 27 de febrero de 2013

ÁNGEL. V


Era viernes y tenía ganas de salir un rato, en este pueblo había poco ambiente, así que decidí ir a uno cercano más grande y con mucha más vida, se convertía en el  centro de copas de la comarca.
Mi primer sitio seria el Lennon, bar de copas tranquilo y que ponían buena música. La gente solía ir allí a estar tranquilos y charlar, yo tenía interesantes charlas con el dueño, un hombre bohemio de exquisita cultura.


Llevaba un rato de hablando con Enrique, que así se llamaba el dueño, cuando fue cogiendo vida el local, se ocuparon las mesas y la barra.  Varios saludos y caras conocidas, es lo que tiene el ser el médico de  algunos de los pueblos de alrededor.
Me sentaba en la barra de espaldas a la puerta, era el mejor sitio para charlar con Enrique y tenía la visión de todo el local. Estaba pensando en una  de mis pacientes,  cuando me llamo la atención una mujer que paso a mi lado, de donde había sabido semejante belleza. Alta, morena, un pelo negro brillante, curvas impresionantes, unas piernas como columnas, solo me falto ver su cara, se sentó con un grupo que había al fondo.
Cuando se calmó un poco el achuchón del gentío continuamos con nuestra conversación, me quedaba impresionado  y no lograba comprender, como un hombre como aquel estaba allí, tenía una filosofía de la vida y unas inquietudes que allí no se verían realizadas, pero se le veía feliz.


-Hola.
Me gire para ver quien me saludaba, daba por hecho que sería alguna paciente, cual sería mi sorpresa al ver que era aquella mujer y el caso es que su cara me resultaba conocida. Me dio dos besos, mi cara debía hablar por mí:
-¿No sabes quién soy?
Por más vueltas que mis neuronas funcionaban a pleno rendimiento, no lograba acordarme de quien era, ella sonreía de forma traviesa:
-Carolina.


No podía ser, ¿aquella mujer era el número de la Benemérita?   Viva la Guardia Civil.
Me conto que estaba con uno amigos y me había visto, que si estaba solo porque no me iba con ellos,  pensaban luego ir a bailar.  No tenía otro plan, así que me apunte, además  aquella mujer me atraía. ©Fer

MELODÍA.


Deseo componer una sinfonía.
Tu piel como partitura.
Encontrar la nota apropiada.
Buscar el compás.
Inventar la melodía.
Mis dedos acarician las teclas.
Fluyen las notas por la partitura.
Va in crescendo.
Llego a la parte álgida.
Es el momento de mayor entrega.
Toda la orquesta en pleno.
Una pausa.
Piano, piano  termina el primer movimiento. ©Fer


viernes, 22 de febrero de 2013

ÁNGEL. IV


Me despertaron unas voces acompañadas de unos golpes en la puerta, parecía que se derrumbara la casa, me tire de la cama y todavía con el atontamiento de estar medio dormido fui abrir la puerta. Era Faustino, muy nervioso y casi sin poder hablar me informo que había un accidente en la curva del puente, en la entrada del pueblo.
A toda prisa me puse unos pantalones, calce las botas y cogí un chaquetón, me monte en el coche y salí pintando. En el maletero siempre llevo un equipo de primeros auxilios, en estos pueblos nunca sabes lo que puede pasar.


Nada más bajarme vi las luces de la patrulla de los Civiles, me acerque al coche, se había salido en aquella maldita curva, todos iban a parar al mismo sitio, un viejo nogal de más de 2 metros de diámetro que hacía las veces de paragolpes. Dentro había un hombre de unos 50 años, con un fuerte golpe en la cabeza e inconsciente.
Mientras que los Civiles se dedicaban a señalizar el accidente, es una carretera de poco tráfico a esas horas, pero basta que haya pasado esto para que venga alguno y se espante, yo me dedique a darle asistencia. Le coloque un collarín y le comprobé las constantes, eran buenas y parecía que no tenía nada más.
Recobro el conocimiento y  le hice unas cuantas preguntas de control para verificar su estado, la pareja ya había pedido una ambulancia por radio, mientras esperábamos su llegada nos contó como había sido el accidente, se le veía que coordinaba perfectamente, pero aquel golpe en la cabeza me tenía preocupado.



Cuando llego la ambulancia y después de poner al corriente al médico decidimos sacarle del asiento. No nos costó mucho casi se bajó el solo, le ayudamos a subirse a la camilla. Ahora al hospital, scanner y a esperar que no fuera nada. Apartamos un poco el coche entre los que estábamos y colocamos unos triángulos, por la mañana vendría la grúa a retirar el coche.
El cabo de los civiles era conocido y me ofreció un cigarro, ya habíamos coincidido en varias historias. Al número no le conocía, pero ahora que se acercó y con la luz de los faros pude apreciar que era una chica y por cierto muy guapa, nos presentó el cabo y se unió a la charla. Se llamaba Carolina.


Me quede un poco fuera de juego con aquella mujer, creo que era su sonrisa,  cada vez que lo hacía parecía que se iluminaba la noche. Cuando terminamos el cigarro se fueron para su coche, la seguí con la mirada, no podía ser, la sentaban de maravilla los pantalones de uniforme y eso que no favorecen a ninguna mujer. ©Fer

martes, 19 de febrero de 2013

IMPOSIBLE Y DESEADO.


Nos fuimos conociendo poco a poco, cada vez la atracción era mayor, pasamos de algunos mensajes sueltos a no poder estar sin hablar.
Había llegado el día de conocernos, los nervios me comían por dentro, casi encendía un cigarro con otro,  no sé lo que iba diciendo aquel locutor de la radio, solo quería causarle buena impresión.


Al  coger la entrada del parking pude ver que ella venia ya, daría la vuelta a la rotonda y la tendría detrás de mí. Arrime mi coche a un lado y la deje pasa, ella no me voy,   aparcaría cerca sin que ella me viera y la sorprendería al bajar del coche.
Doy un respingo al abrir la puerta, no me esperaba, nos miramos fijamente y se unieron nuestras bocas en un beso delicado,  la abrace y nos volvimos a besar, esta vez con más pasión, teníamos ese estado de semi-inconsciencia que te crea una situación así. La agarre por la cintura y nos dirigimos a los ascensores.
Fuimos a tomar un café, nuestras miradas lo decían todo, agarrados de la mano charlamos animadamente, eran tantas las ganas de estar juntos que no teníamos noción del tiempo. Aquel día lo habíamos programado para nosotros, para estar juntos y amarnos.
El deseo inundaba nuestros cuerpos, los besos y las caricias eran constantes, abrimos la puerta de la habitación y la pasión se desbordo. Nos unimos en un beso sin fin, nuestras manos acariciaban nuestros cuerpos, nos fuimos quitando la ropa con esa parsimonia acelerada, pero sin separar nuestros labios. En mi cabeza solo tenía una cosa: La quería, la deseaba.


Contemple su cuerpo tumbado en la casa, solo le había dejado la ropa interior y la medias, aquella visión despertó más mi deseo, me acerque y bese suavemente el triángulo de su braga, ella suspiro, un suspiro profundo de placer y felicidad.
Mi labios se dedicaron por completo a ella, solo quería que ella disfrutara, que su cuerpo llegara a tener el máximo placer. Bese sus muslos, su inglés, separe con mucho cuidado la seda de su braga y jugué con mi lengua. Esas caricias la llevaron a un orgasmo casi demoníaco  su cuerpo se retorcía y casi creí que levitaba, sus gemidos se convirtieron en gritos y sus ojos se pusieron en blanco. La bese cuando se tranquilizó.
No abrazamos y besamos, me sentía como en una nube y todo era por su culpa, aquella mujer era capaz de trasmitir te una paz que no era normal.


Con un leve movimiento de su cuerpo se subió encima de mí, sentir como me abría camino dentro de ella casi me lleva al orgasmo, el movimiento era lento y acompasado, el poder mirarle a los ojos y besarle era algo maravilloso. La unión de nuestros cuerpo era perfecta y el placer infinito, no se el tiempo que estuvimos así,  pero yo deseaba que aquello no terminara nunca. El ritmo se aceleró y entre caricias y gritos llegamos a un orgasmo a la vez. Caímos rendidos, pero eso abrazados y besándonos.
Así pasamos el día entero, charlando, riendo, llorando, besándonos y haciendo el amor.
No había vivido hasta entonces una experiencia igual y la culpable fue ella. ©Fer

martes, 12 de febrero de 2013

ÁNGEL. III


Después de hacer las 4 visitas  a los enfermos que no podían venir a consulta, me fui para casa, seguro que ya tendría alguno esperando.
En la época del año que estamos lo normal es que tuviera 10 o 12 personas en consulta, en su mayoría cosa de poco,  algunos  eran asiduos, más por soledad que por enfermedad, así  estaban un rato de charla mientras esperaban y otro rato conmigo.


Entre resfriados, torceduras, tomar la tensión y hacer la prueba del azúcar se me había ido la mañana, estaba dejando un poco ordenado todo cuando llamaron a la puerta:
-        Adelante.
Se abrió la puerta despacio y apareció Dª Clotilde, me quede extrañado, siempre que ha necesitado algo me ha mandado llamar para ir a su casa.
Dª Clotilde Bienmesabe-Alcoholado y Fernández Calavera, vivía en una casona solariega que había en la afueras del pueblo. Según ella descendiente de familia de alta alcurnia y copete,  venida a menos.
Se sentó  y espero impasible a que yo tomara asiento, mirándome a  los ojos empezó a contarme el porqué de su visita.
-                            -Ud. Me dirá Dª Clotilde.
Se perdió en dar mil vueltas y saltar de un tema a otro sin ton ni son, hasta llego hablarme de la plaga de pulgones que estaba teniendo en el jardín. Me estaba divirtiendo un rato,  ver como no se atrevía  a decir realmente a lo que venía. Después de más de 10 minutos de un diálogo de besugos, dio el paso:
-                         -Quiero que me recete la píldora.


No sé cómo pude aguantar el no soltar una carcajada en su cara, tuve que levantarme y disimular tosiendo, creía que me daba algo y encima verle allí sentada con esa seriedad incrementaba el ataque.
Cuando logre serenarme un poco, comencé a explicarle que una mujer a su edad, debía andar cerca de los 70 años, no le hacía falta tomar pastillas anticonceptivas, que esas pastillas eran para evitar los embarazos.
Se volvió airada, esperaba que me dijera algo por la edad y ni corta ni perezosa me dijo:
-                            -No, esas no, quiero Viagra.
Coño, se me paso el cachondeo de inmediato, me dejo blanco. ©Fer

miércoles, 6 de febrero de 2013

FACE TO FACE. Final.





Veo como toma la curva y al mismo tiempo aparece el morro de un camión que se interpone en su camino... lo tiene delante... ¡¡¡FRENA!!! ¡¡¡ESQUIVALO!!! ¡¡¡DIOS MIO!!!... NO!!!... NO!!!... NO!!!... (¿¿POR QUÉ LE HE DICHO QUE SE FUERA??)



Pipipiiií, Pipipiiií... 7:30... Apago el despertador (Calla canalla, menudo oficio tienes) ¡¡Uffff qué nochecita he pasado!!. Creo que debería hacerme ver esto de pasar tanto tiempo conectada a Facebook. 
Después de un café, una ducha y el paso por "maquillaje y peluquería", llego a la oficina, enciendo el ordenador como cada mañana y lo primero que hago es abrir el "Feis". Diez notificaciones, un par de mensajes privados y ¿una solicitud de amistad? Lo primero que abro es la solicitud. Me quedo boquiabierta... ¡¡NO ME LO PUEDO CREER!! ¡¡QUÉ FUERTE, QUÉ FUERTE!!... ¡¡QUÉ FUERTE!!


¿Funcionará lo de pellizcarse para comprobar si sigo durmiendo?... ¡¡¡¡Es la misma foto y el mismo nombre del chico tan mono al que yo le pedía amistad en mi sueño!!!... Ese sueño que me ha hecho despertarme sobresaltada y con la cara llena de lágrimas. Era tan real, tan intenso... Una historia tan bonita... pero ese final, ¡¡¡por Dios!!! ¡¡¡ESE FINAL...!!!
¿¿Qué hago?? Por favor, ¿¿Qué hago?? ¿¿Te acepto la solicitud "chico mono"?? ¿¿Y si mi sueño ha sido una premonición?? ¿¿Y si es verdad que la realidad supera la ficción?? ¿¿Y si me rompes el corazón?? La cabeza a mil por hora... jugueteo con mi llavero de dados... Se me ocurre una idea, voy a tirarlos, si la suma es un número par le acepto, si es impar le rechazo... Bien, allá voy... ¡¡Lanzo los dados al aire...!! ¡¡¿¿Qué número saldrá??!!..©Sugar

Pipipiiií, Pipipiiií... 7:30... Apago el despertador... Un café lo primero y me afeito... Una duchita y como nuevo.

Me gusta sentir el aire frio en la moto, pero el de hoy es demasiado. Como siempre soy el primero en llegar a la oficina, enciendo el ordenador y mientras arranca voy a por otro café a la máquina, tecleo la contraseña y abro el Face, ayer en la soledad de la noche me fije en los comentarios de una chica, tenía gracia, entre a mirar su perfil y sus fotos, ummmm me gustaba, que leches estaba buena. Animado le pedí amistad.

Miro las alertas, nada, todavía no ha respondido la solicitud, bueno es pronto y lo mismo no ha entrado todavía. Vuelvo a entrar en su perfil, me resulta familiar, pero es normal he soñado con ella esta noche y que sueño, hacía muchos años que no tenía uno sueño tan caliente y tan tierno.
Cojo mi llavero de la suerte, son unos dados, siempre que estoy nervioso o indeciso lo busco, lanzo los dado al aire…………… ¿Qué número saldrá? ©Fer


Moraleja: Lo que está destinado a suceder, siempre encontrará una forma única, mágica y maravillosa para manifestarse.

martes, 5 de febrero de 2013

FACE TO FACE. Parte X.




Me levanté pronto y me fui al sofá para no molestarle, hoy era el último día que estaríamos juntos. Tenía esa pena en mi interior, joder como podía ser que me hubiera pillado así.

Su expresión en la cara lo decía todo, tenía tristeza, la hice un leve gesto y la sonreí, se tumbó a mi lado abrazándome. Sentía su cuerpo temblar igual que los perros chicos, sus brazos se aferraban a mí con fuerza, la acariciaba la cabeza, el silencio expresaba el momento que estábamos viviendo.

Preparo el equipaje después de picar algo, no teníamos ganas de comer, lo hicimos casi como obligación. Intente animarla diciendo que  ya nos quedaba menos para volver a vernos, 10 días pasan en nada.



Aunque fuera como siempre, esta vez su forma de agarrarme en la moto era distinta, por lo menos yo lo sentía  así.  Tome el camino más largo para ir a la estación, no quería que se fuera.

Entre miradas, besos y arrumacos hacíamos tiempo para la hora de su partida. Me llamaron de la oficina, tenía que ir urgentemente había un problema.  Ella me animo a irme, me estaban esperando en la oficina, pero realmente lo utilizo como una excusa, no quería  que se alargara la despedida. Nos besamos dulcemente.


Bajé la visera del casco y doy gas, la amargura que tengo en mi interior no me la puedo explicar o tal vez sí, me he enamorado.

Pego mi cuerpo al depósito y  acelero más. ©Fer

lunes, 4 de febrero de 2013

FACE TO FACE. Parte IX.


Me despierto. Es el último día y no está a mi lado, me entran ganas de llorar, tengo la sensación de sentirme abandonada. Me levanto y lo veo tumbado en el sofá, (en ese sofá que parece que se ha convertido en el punto focal de nuestro encuentro) me sonríe, con esa sonrisa suya que tanto me gusta... me abre los brazos y me tumbo junto a él. No sé por qué la tristeza va en aumento, casi no puedo aguantar las ganas de echarme a llorar. Quiero volver a sentirlo... me doy la vuelta y me pego a él... le beso...



Comemos algo y preparo la maleta.
Hemos quedado en volver a vernos en 10 días (una eternidad), esta vez en mi ciudad.
Salimos de nuevo en su moto, acoplándonos como siempre.

Estamos en la puerta de la estación fumando un cigarrillo, me abraza y me besa el pelo... me encanta su colonia, ¿me echará de menos?. Le suena el móvil, un problema con un cliente que reclama su presencia.
-"Tengo que pasar por la oficina en cuanto te deje en el tren. Qué putada, coño, estoy de vacaciones".



Quedan 20 minutos para que salga mi tren y le animo a que se marche, que no me acompañe al andén y así terminará cuanto antes lo que tiene que hacer. Nos besamos y nos abrazamos muy fuerte con la promesa de volver a encontrarnos. Sube a la moto, nos besamos de nuevo... tengo los ojos enrasados en lágrimas, no quiero que me vea llorar y me pongo las gafas... Un beso rápido y arranca la moto despidiéndose con un "hasta pronto princesa"... Acelera y se pone en marcha. Me quedo allí parada observando cómo se aleja... Una lágrima escapa a mi control y cae por mi cara... mientras pienso que pronto volveremos a vernos... Los dados de nuevo están lanzados.
©Sugar

Ángel. II


Después de recoger y lavar todo el material lo metí en el maletín, tenía una doble sensación, cansancio y satisfacción por el trabajo realizado. Deje la puerta de la casa entornada, aquí no había miedo de que entrara nadie, no tenía forma de cerrar.

Ahora el viaje para casa era de forma relajada, creo que no pase de 40 km/h, no sé cómo vino a mi recuerdo aquellos años que pase como médico en Ramón y Cajal. Joven y con ambición creía que me iba a comer el mundo y al final e mundo me comió a mí. Creo que la decisión de dejar todo aquello y venirme a ejercer como médico rural, es lo más acertado que he hecho en mi vida, quitando estudiar medicina.



Entre en casa, bueno la casa que tenía asignada como médico, era un hotelito muy mono todo de piedra, tenía un pequeño jardín delante, dos habitaciones, un baño, la cocina, un salón y una consulta. Para mí solo, más que de sobra. Necesitaba echarme un rato a descansar.

Me levante sobre las 10 y después de la ducha estaba completamente recuperado, ahora solo me hacía falta un café, tenía que visitar  a varios pacientes. El bar era un sitio acogedor, frente a la puerta tenía una peque barra, a la izquierda 3 mesas de formica con las patas de metal y a la derecha una chimenea con una mesa camilla, aquel era mi rincón favorito.

Al poco de sentarme me trajo Ani el café, era una chica veinteañera muy poco agraciada, pero siempre con una sonrisa  y de lo más amable. Casi acto seguido vino  Margarita con mis tostadas, dos rebanadas de pan de hogaza tostadas a la lumbre.  Que diferencia con la hija, eran dos polos opuestos, cerca de los 50 años guapa y con una figura de escándalo, pero esa no era la única diferencia, donde una era simpatía, la otra tenía un carácter agrio



Entro Eufemiano, el Alcalde. Personaje singular donde los haya, en sus tiempos mozos se fue a Madrid a estudiar, nadie sabe el que, pero allí pasó más de 15 años y cuando regreso vino como si fuera un indiano. Unos dicen que le había tocado la lotería, otros que se había casado con una anciana millonaria……. La verdad es que nadie le conocía oficio ni beneficio, pero el nivel de vida que llevaba era importante.

-                            - Buenos días D. Ángel, pase luego por el ayuntamiento que tenemos que tratar varias cosillas

Termine de desayunar y me encamine hacer mis visitas. ©Fer

domingo, 3 de febrero de 2013

Ángel. I




La noche era oscura, no veía más allá de lo que iluminaban las luces del coche,   menos mal que conocía a la perfección aquella carretera local. Las curvas se unían unas con otras, no había tiempo para la relajación. Tenía que llegar cuanto antes.
Entré en el camino y al final se veían las luces de la casa, era pequeña de familia humilde. La silueta de Lucia resaltaba en la puerta,  vino hacia el coche a toda prisa entre sollozos y con la voz entrecortada, intento explicarme lo que sucedía. Cogí el maletín y entre rápidamente.
Paco estaba encima de la cama con todas las sábanas llenas de sangre,  estaba inconsciente, no se movía, lo primero que hice fue tomar el pulso, era débil pero constante. Una herida en la pierna era la causante de todo aquello. Abrí el maletín y me puse unos guantes, tenía que saber de dónde venía toda aquella sangría.
Era un agujero limpio,  iba directo a la vena safena, menos mal que no había  pillado la arteria poplítea, sino no habríamos tenido tiempo para nada.  Trabajo a toda prisa, pero con el máximo cuidado, no quiero provocar nada más de lo que ya tiene. Esto sería mejor hacerlo en el hospital, pero si no lo hago aquí no sale.  Voy limpiando la herida hasta llegar a la vena, tengo que coser como sea.


La cosa se complicaba, no era capaz de suturar la vena, cada vez que clavaba la aguja se rajaba la pared. Eché mano a una hoja de bisturí, tenía que abrir el campo para poder anudar  y parar la hemorragia. No sé lo que tardaría en llegar la ambulancia,  que no tarde,  necesitaba ponerle suero, la tensión arterial tenía que estar demasiado baja.
Sentado en el poyo contemplé como se alejaba la ambulancia, encendí un cigarro y respire profundamente,  si no hay complicaciones creo que Paco saldrá de esta. Clareaban las primeras luces.  ©Fer


viernes, 1 de febrero de 2013

FACE TO FACE. Parte VIII.


Aquella noche fue de pasión desenfrenada, no puedo recordar las veces que hicimos el amor.
Pasamos en día en casa vagueando, nada más que disfrutando de nuestra compañía, de esos silencio que son tan expresivos y esas miradas de complicidad. Salimos a cenar y despejarnos un poco de tanta casa.


Al llegar a casa se desato frenesí, sin cerrar la puerta nos unimos en un beso sin fin, mis manos se aferraron a su cuerpo para apretarla contra mi cuerpo, la lleve contra la pared, ya era yo el dueño de la situación.
Agarre sus muñecas y  estire sus brazos por encima de la cabeza mientras la seguía besando, una de mis manos abrió su cazadora y desabrocho su blusa, baje besando su cuello hasta llegar a sus pechos, su cuerpo se estremecía, suspiraba con cada beso o roce de mi lengua.
Caí de rodillas ante ella, mis manos desabrocharon su vaquero y mi lengua se clavó en su ombligo, fui bajando muy despacio sus pantalones dejando delante de mi cara el triángulo de su tanga, el olor de aquel manjar fue el detonante, no pude evitarlo y clave mi boca en él mientras mis manos se aferraban a su culo. Sus dedos se entrelazaron en mi pelo y sus palmas me apretaban contra ella.


No sé cómo acabamos desnudos tendidos en el pasillo, ni cómo llegamos a esa posición que tanto placer nos estaba regalando. Su boca en mí y la mía en ella nos habían llevado a un estado de abstracción, nuestro único objetivo era dar placer al otro.  En un momento de respiro pude ver nuestras imágenes reflejadas en el espejo del armario, el acoplamiento de nuestros cuerpos era casi perfecto, aquella imagen encendió más mi deseo, necesitaba sentirla.
No llegamos al dormitorio, al pasar por el salón empuje su cuerpo contra el respaldo del sofá quedando de pie y doblado su cuerpo contra el asiento.  Un estremecimiento me recorrió  cuando sentí el calor del interior de su cuerpo, fuimos cogiendo ritmo terminando en unas embestidas casi salvajes que nos llevaron a un orgasmo explosivo.


No sé a qué hora nos despertamos, pero era tarde, nos quedamos en la cama hablando, contándonos cosas de nuestras vidas, cosa que ya sabíamos por nuestras largas charlas  del Face y cosas nuevas que nos íbamos confesando. Me sentía bien con ella, me daba un punto de serenidad en mi vida.
El tiempo pasaba deprisa pero todavía nos quedaban algunos días juntos, tenía ese sabor agridulce, agrio del poco tiempo que seria y dulce por poder disfrutar de ella. ©Fer

FACE TO FACE. Parte VII.




Nos despierta el timbre de la puerta, los dos nos sobresaltamos, no hablo pero con mi cara lo digo todo.
– Es la que me limpia, dejé la llave puesta para que no pudiera entrar.

Sale cerrando la puerta de la habitación. Me da un poco de vergüenza salir, pero cuando lo hago y veo esa sonrisa en su cara se me pasa todo. Casi me olvido que con él cerca todo va bien.


Nos pasamos toda la mañana en pijama, tirados en el sofá, fuera está nevando. Hasta por la noche no nos decidimos a salir, cena en un Vips. Me da igual donde me lleve, salir que no salir. Es curioso que ahora que estamos juntos no hablamos mucho, a veces nos quedamos mirándonos durante largo rato, pero sin hablar (me siento cómoda en esos silencios). Estar con él me hace sentir como en un refugio cálido y acogedor donde he encontrado todo lo que necesito. Es cariñoso, detallista, amable, bromista, inteligente seguro... y en la cama es... es... upss!! ja, ja, ja...



Al día siguiente nos despertamos tarde, pero nos quedamos en la cama hablando, me cuenta más cosas de su vida, de su trabajo… Le escucho y trato de imaginármelo en esas situaciones (aún me queda tanto por saber de él)...y sobre todo pienso que aún me quedan tres días más para estar allí… Tres días que se pasan volando… Si me ve agachada no se reprime las ganas de darme una palmada en el trasero… salidas en moto por la ciudad muertos de frío… besos… risas… caricias… ir cogidos de la mano… una copa en algún sitio… dormir y despertar juntos…©Sugar