viernes, 1 de febrero de 2013

FACE TO FACE. Parte VIII.


Aquella noche fue de pasión desenfrenada, no puedo recordar las veces que hicimos el amor.
Pasamos en día en casa vagueando, nada más que disfrutando de nuestra compañía, de esos silencio que son tan expresivos y esas miradas de complicidad. Salimos a cenar y despejarnos un poco de tanta casa.


Al llegar a casa se desato frenesí, sin cerrar la puerta nos unimos en un beso sin fin, mis manos se aferraron a su cuerpo para apretarla contra mi cuerpo, la lleve contra la pared, ya era yo el dueño de la situación.
Agarre sus muñecas y  estire sus brazos por encima de la cabeza mientras la seguía besando, una de mis manos abrió su cazadora y desabrocho su blusa, baje besando su cuello hasta llegar a sus pechos, su cuerpo se estremecía, suspiraba con cada beso o roce de mi lengua.
Caí de rodillas ante ella, mis manos desabrocharon su vaquero y mi lengua se clavó en su ombligo, fui bajando muy despacio sus pantalones dejando delante de mi cara el triángulo de su tanga, el olor de aquel manjar fue el detonante, no pude evitarlo y clave mi boca en él mientras mis manos se aferraban a su culo. Sus dedos se entrelazaron en mi pelo y sus palmas me apretaban contra ella.


No sé cómo acabamos desnudos tendidos en el pasillo, ni cómo llegamos a esa posición que tanto placer nos estaba regalando. Su boca en mí y la mía en ella nos habían llevado a un estado de abstracción, nuestro único objetivo era dar placer al otro.  En un momento de respiro pude ver nuestras imágenes reflejadas en el espejo del armario, el acoplamiento de nuestros cuerpos era casi perfecto, aquella imagen encendió más mi deseo, necesitaba sentirla.
No llegamos al dormitorio, al pasar por el salón empuje su cuerpo contra el respaldo del sofá quedando de pie y doblado su cuerpo contra el asiento.  Un estremecimiento me recorrió  cuando sentí el calor del interior de su cuerpo, fuimos cogiendo ritmo terminando en unas embestidas casi salvajes que nos llevaron a un orgasmo explosivo.


No sé a qué hora nos despertamos, pero era tarde, nos quedamos en la cama hablando, contándonos cosas de nuestras vidas, cosa que ya sabíamos por nuestras largas charlas  del Face y cosas nuevas que nos íbamos confesando. Me sentía bien con ella, me daba un punto de serenidad en mi vida.
El tiempo pasaba deprisa pero todavía nos quedaban algunos días juntos, tenía ese sabor agridulce, agrio del poco tiempo que seria y dulce por poder disfrutar de ella. ©Fer

No hay comentarios: