lunes, 19 de agosto de 2013

LA FIESTA.



Nuestras miradas se cruzaban.
El deseo inundaba mis entrañas.
Necesitaba sentir el roce de tus manos.
Oler el perfume de tu cuerpo.
Besar tus labios.
Fui al baño y te sentí detrás.
Me empujaste contra la pared.
Mientras me decías al oído: Te deseo.
Se abrieron mis carnes.
Un escalofrió recorrió mi espalda.
Arquee mi cuerpo para sentirte.
Me vino la cordura de repente, no podía ser.
Allí no, pasaba gente al lado nuestro.
Nuestras parejas
podrían venir a buscarnos.©Fer 
 

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