martes, 14 de enero de 2014

EL TALIÓN...



Poniendo al corriente de la situación a Gonzalo recordé con detalle como se encontraba la habitación. Estaba desnudo en una posición fetal, envuelto en un gran charco de sangre que resaltaba con el blanco de las sábanas, no se le veían heridas a simple vista,  esparcidos por la cama y el suelo varios preservativos y encima de la mesilla una caja de Viagra. Ahora que analizaba la escena con más calma me di cuenta que Julia no tenía nada que ver.

Leonardo siempre había sido muy especial para el sexo, tenía una necesidad casi enfermiza, yo creo que no hay práctica sexual que no hubiera probado. Recuerdo en nuestros años de facultad las fiestas que organizaba en su casa, comenzaban un viernes por la noche y duraban hasta el domingo, eran famosas en la universidad. Empezaban como cualquier otra fiesta, presentaciones, bebidas, baile..... pero según iba trascurriendo la noche el ambiente se caldeaba, la ropa empezaba a volar, las risas se mezclaban con los jadeos, los gemidos eran la melodía de fondo.  Las persianas permanecían bajadas y no tenías noción del tiempo.

Nos observaba apoyada en el marco de la puerta, en su cara se dibujaba todavía el efecto de los tranquilizantes. Aunque fuera duro teníamos que hablar de lo sucedido ya que según pensaba la policía era la principal sospechosa, con un caminar titubeante llegó hasta la mesa y se sentó a mi lado.

-Necesitamos que no detalles todo lo que hiciste, sitios, personas, horas... eres la principal sospechosa.

-Yo no fui.

-Ya lo sé Julia, pero que yo lo sepa no sirve.

Comenzó el relato desde que se levantó, poco a poco iba desgranando como se fue desarrollando el día, Gonzalo fue tomando notas mientras yo atentamente lo hacía mentalmente. Hubo algo que no me cuadró cuando llegó a la hora de la cena y las copas, la conocía demasiado bien y pude notar como la temblaba un poco la voz, no quise preguntar nada en ese momento, ya lo haría a solas. ©Fer






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