domingo, 12 de enero de 2014

EL TALIÓN...



Leonardo había sido siempre un hombre de éxito.  Compaginaba los estudios con sus trapicheos, allí donde veía que podía sacar un beneficio se metía de cabeza. Estudiamos derecho juntos, aunque él nunca lo ha ejercido, donde nuestra amistad se afianzó de por vida. Él siempre intentó meterme en sus negocios, pero yo prefería quedarme fuera y dedicarme a mi despacho.  Por sus contactos logró meterse en la obra civil creando una sociedad  donde ha forjado toda su fortuna.

Llegué a comisaria y pregunté por Julia, después de identificarme me acompañaron a una sala donde estaba declarando. La cara del inspector me dió mala espina, creo que acabará deteniendo  a Julia como presunta asesina, así que tocará trabajar duro.

Julia y Leonardo se conocieron  hace 25 años en una recepción del Ministerio de Obras Públicas donde ella trabajaba de secretaria. No han tenido hijos y aunque seguían queriéndose con el paso del tiempo se había convertido en un matrimonio de conveniencia, él dedicado por completo a sus negocios y ella  a  vivir la vida. No me creía que ella fuera culpable, conocía bastante bien la relación y a Julia.

Mientras estábamos esperando hablamos de cosas banales, ninguno de los dos queríamos tratar el tema ya tendríamos tiempo, nuestras mentes estaban bloqueadas es como si todo aquello no hubiera pasado. Cuando nos dieron permiso para irnos, eso si estando siempre localizada, fuimos a mi casa, se quedaría allí ya que no podía ni debía ir a la suya.

Después de tomarse un par de calmantes se acostó a descansar. Yo me dediqué a hacer llamadas para poner en conocimiento del fallecimiento a varias personas, también llamé a Gonzalo  mi mano derecha en el despacho, quería que él llevara el caso a mi me afectaba demasiado. Necesitaba una ducha que me espabilara, tenía que estar fresco la jornada estaba siendo dura y lo que restaba.

Sentado en el sofá tomándome un café me preguntaba el por qué, aquello no había sido un robo, todo estaba en su sitio, no estaba forzada ninguna puerta o ventana, el objetivo era él.  Aunque en las esferas que se movía  muchas veces se rozaba la raya de la legalidad, otras seguro que se traspasaba, nunca fuí conocedor de que él lo hiciera. Familia no tenia, sus padres habían muerto y no tenía hermanos y por un problema de fertilidad no podía tener hijos.

La historia de Julia era de lo mas corriente. Procedía de una buena familia, su vida había sido de lo más cómoda, nunca le faltó  nada. Era una mujer que llamaba a atención, alta, morena, con una figura que hacía volver la cabeza de los hombres por la calle, pero lo que más resaltaba en ella era su elegancia natural.
Dejó de trabajar cuando se casó y su única ocupación era disfrutar de la vida.

Miré el reloj, eran las 7 de la tarde, me quedé traspuesto y me despertó el timbre de la puerta. Era Gonzalo,  le expliqué todo lo sucedido, no hacía falta el decir lo que tenía que hacer era una cabeza privilegiada y un profesional impecable.  Entreabrí la puerta de la habitación para comprobar si el timbre le había despertado, estirada en la cama y ajena a todo por el efecto de los calmante dormía plácidamente.  ©Fer ©Fer





2 comentarios:

Elvira aias. dijo...

Pues me has dejado así como muy intrigada...¿Se rata de un asesinato ? Creo que sí.
¿ Es un relato tuyo?. ¿Una vivéncia ? ......Te seguiré. BESUCOS.

Fernando dijo...

Muchas gracias querida.
Las cosas irán saliendo.
Besucos