sábado, 11 de enero de 2014

EL TALIÓN...



Conocí a Leonardo cuando vino nuevo al colegio en el primer curso de bachillerato, su llegada fue toda una revolución tenia un carácter embaucador, rápidamente se metió en el bolsillo a la gente. Conmigo fue otro cantar, había algo que no nos cuadraba a los dos y los roces eran continuos. Así fueron pasando los meses hasta llegar a la fiesta de Navidad, nos tocó en el mismo grupo de organización y debido a que pasamos tanto tiempo juntos las cosas fueron cambiando y nació la amistad que hasta hoy tenemos.
Llamaron a la puerta, miré a Julia:
-¿Estás preparada? Asintió con la cabeza mientras su cuerpo se tensaba en claro síntoma de nerviosismo. 
Desde aquel momento los hechos se fueron desarrollando a toda velocidad, fueron llegando numerosas personas de las diferentes brigadas. El inspector que estaba a cargo del caso después de ver la escena del crimen se llevó a Julia a un cuarto de estar para hacerle las preguntas de rigor, cuando fui a entrar me inquirió mi filiación. 
-Roberto Calamita, abogado y amigo de la familia.
Me miró detenidamente y sin decir nada se centró en Julia y comenzó a preguntar. Ella relató todo lo que hizo en el día echándose a llorar cuando llegó al momento en que entro en la habitación. Él anotaba cosas en una libreta si decir nada y como un latigazo preguntó:
-¿Ha sido usted quien le mató?
Como un animal herido ella saltó negando de forma tajante, el siguió haciendo preguntas de rutina y yo solo era un mero observador, bajo mi opinión no era el momento de intervenir. Le comunicó que tendría que acompañarle a comisaría para hacer la declaración.
-¿Está detenida?
-No, todavía no.
-¿Como que todavía?
-De momento es una sospechosa. Salió del cuarto dejándonos allí.
Trascurridas un par de horas desde su llegada y antes de que hubiera llegado el Juez para levantar el cadáver, el inspector le comunicó a Julia que por favor le acompañara a comisaría. Salimos hasta la calle,le abrió la puerta trasera del coche y dirigiéndose a mi dijo:
-Comisaría de Chamartín. Dió la vuelta al coche subiéndose al lado del conductor.
La mirada de ella a través de la ventanilla me pedía ayuda. Decidí fumarme un cigarro antes de arrancar el coche, había algo en todo aquello que no me cuadraba, es esa sensación que tienes cuando se te escapa algo evidente. ©Fer






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