domingo, 28 de octubre de 2012

PASIÓN DESBORDADA




Había quedado con ella en un aparcamiento, como siempre llego con tiempo suficiente, no le gustaba hacer esperar a nadie.
Sentado en el coche escuchaba la radio mientras fumaba un cigarro, no prestaba atención a lo que comentaban en la radio, el tenia sus pensamientos en lo que iba a suceder en un rato. Vio entrar el coche de ella y sintió aquella sensación en el estomago. Aparco al lado suyo, se bajaron del coche y su mirada lo delataba todo. Se besaron suavemente, mientras el llevaba la mano entre las piernas de ella por debajo de su corta falda, no llevaba ropa interior sintiendo su suavidad y calidez.
Se subieron en el mismo coche y tomaron camino hacia el hotel. Comentaban cosas cotidianas mientras sus miradas se cruzaban expresando lo que iba a suceder. El llevo su mano a la pierna de ella, subió por sus medias llegando hasta el principio de ella. Echo su cuerpo hacia delante para ofrecerse a sus caricias sin poner ningún impedimento.


Llegaron al hotel, es de los que no te hace falta bajarse del coche, les dieron la llave de la habitación y metieron el coche en el garaje. Nada mas entrar en la habitación se unieron en un beso apasionado.  El se sentó al borde de la cama mientras ella se desnudaba insinuantemente, unos zapatos negros con mucho tacón, medias unidas a un corsé morado de encaje y un pañuelo de seda anudado al cuello. La visión de aquella mujer vestida para amar le provoco todo el morbo que el tenia dentro.
Empezaron los juegos en la búsqueda de intentar dar el mayor placer el uno a otro, en ese intento todo estaba permitido, besos, caricias, miradas...................


La pasión estaba ya desatada, los jadeos y gemidos inundaban la habitación, aquellos cuerpos estaban hechos para el placer. La conjunción de los dos era casi absoluta. Dándose un descanso cada cierto tiempo recuperaban el resuello para volver  a la lucha, esa lucha que les llevaba al orgasmo.
Después de 4 horas enfrascados en semejante juego, sus cuerpos eran casi uno y la sincronización perfecta.
Se ducharon mientras conversaban de las cosas mas diversas, la satisfacción se reflejaba en su rostros.
Salieron del hotel e hicieron el camino inverso, la tensión sexual que había en la ida había desaparecido, pero se notaba otra sensación, ni mejor ni peor, solo diferente.
Se despidieron con un beso dulce, se subió cada uno en su coche y se fueron reflexionando con semejante encuentro.

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