martes, 19 de julio de 2011

EL CIELO.

El cielo esta tarde estaba precioso, recordaba a esas escenas de películas bíblicas.
Nubes negras bajas, que son de lo mas amenazadoras, como si fuesen lo mas recóndito de los infiernos. Por encima de ellas esas nubes blancas llenas de pureza como el algodón, que te dan tranquilidad, paz, como si fueran las puertas del cielo. Remata el conjunto los rayos de sol, que se abren camino entre ellas y parecen puñales de oro que se clavan en la tierra. He parado en un camino al lado de la carretera, me he bajado para poder contemplar tranquilamente tal belleza.


Ante ese espectáculo, no se puede decir nada, solo mirar y callar. Ves como va cambiando poco a poco el aspecto y los sentimientos. Esa negrura, que te lleva a tus sentimientos mas tristes, en unos segundos pasas de esa claridad la cual te lleva a esa alegría de animo, a sacar fuera de ti lo mejor que llevas dentro.
Hay momentos que te da la sensación de ver los mejores frescos de la capilla Sixtina, si entrecierras un poco los ojos puedes ver como Dios extiende su dedo.
Despacio y sin darte cuenta todo va desapareciendo, se mezcla el mal y el bien, lo blanco y lo negro, me subo al coche y sigo mi camino.

4 comentarios:

Antoniatenea dijo...

Hay momentos como el que has vivido tú, que pasas de la indiferencia cotidiana a vibrar por medio de los sentidos, en este caso esa maravillosa vista tan preciosamente descrita..y entonces se produce a veces una conexión instantána con algunas partes delicadas de tus sentimientos y de tus pensamientos...eso has sabido describirlo y he sentido que muchas veces yo también lo he percibido. Aunque hayas sentido en algún minuto tristeza, has tocado la mágia de la vida y nos la has reflejado muy bien.
Besos

Orquídea dijo...

Bonito es que sepa apreciar esa belleza y se tome el tiempo de parar para admirarla, un saludo querido amigo.

Fernando dijo...

Muchas gracias Dª Antonia.

Fernando dijo...

Gracias Dª Or.