martes, 2 de julio de 2013

EL SMS. Parte VII.



El lunes en el trabajo aproveche para intentar buscar al famoso Fulgencio, utilice todos los métodos de busca que conozco, pero no me dio ningún resultado.  Llame a un intimo amigo policía, está destinado en uno de los grupos de información, seguro que el me podrá decir algo.

Fueron pasando los días y me fui centrando en mi trabajo y quehaceres diarios, aunque de vez en cuando le daba algunas vueltas al tema.  Recibí una llamada de Juan, quería saber cómo iba con la primera prueba, no le quise dar pistas y le dije que me estaba costando demasiado. Después de colgar me di cuenta que esto se estaba convirtiendo en una contienda.

Encarna  siempre había parecido una mujer bastante simple, que solo se le daba importancia a las cosas más banales, se  estaba descubriendo con más  enjundia. Como nos cambia el paso del tiempo, 20 años sin vernos y que poco me parecía conocerla.

Poco a poco se fueron refrescando recuerdos de momentos que habíamos vivido, alegría, tristezas, pasión.  Aquellas tardes  que nos quedábamos solos en su casa y las dedicábamos a descubrir todas las posibilidades del sexo. Creo que no dejamos lugar de la casa  donde no lo hiciéramos, nuestra calentura era continua. Descubrimos habilidades que desconocíamos y fuimos cogiendo gran destreza.

Los problemas que estábamos sufriendo en la empresa me tuvieron totalmente dedicados a ellos,  la crisis nos estaba golpeando duro. Teníamos que hacer una restructuración de calado si no queríamos tener que cerrar, la cosa era grave y las decisiones tenían que tener el mismo grado.

Estaba extrañado de que Esteban no me hubiera llamado todavía, en las pocas veces que he necesitado de su ayuda ha sido rápido y ahora ya llevábamos 10 días. Le daría un par de días mas y si no me llamaba el lo haría yo.

Aquella tarde había quedado con unos amigos del face a tomar un café y charlar un rato. No me puedo ver quieto, ya lo dice mi mujer, soy un liante. Necesito el trato con la gente, me recarga las pilas y siempre saco un lado positivo. Tenía ganas de conocer a un fichaje nuevo y que parecía que prometía.

Como era costumbre llegue el primero, habíamos quedado en una de las terrazas de Rosales, en aquella época era un sitio ideal. Fueron apareciendo con cuentas gotas, pero al final vino todo el mundo.  Charlamos animosamente de casi todo, es lo bueno que tienen estas reuniones, lo mismo hablamos del tiempo,  de política, de sexo…… no tenemos limite.

Sonó el teléfono, era Esteban.

-Buenas tardes. Anda rico que esta vez me los has puesto difícil, me queda solo comprobar una cosa. Mañana te llamo y te digo, solo quería  que supieras que no me había olvidado de ti y que lo tenía localizado.

Le di las gracias y nos despedimos hasta el día siguiente. ©Fer

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