Cada vez que veía
a mi marido tenia complejo de culpabilidad, se me hacia un nudo en el
estomago y estaba a punto de derrumbarme, pero me mantenía firme el acordarme
de mis hijos. Después pensaba: Ojos que no ven………….
La vida sexual en casa también había mejorado,
prácticamente era a diario, no lograba entender que mi cuerpo cada vez pidiera
mas. Aunque mi marido nunca había sido un estrecho, con el paso del tiempo se
había vuelto cómodo, pero en esta etapa la que mandaba en la cama era yo. Las
sesiones de sexo oral eran interminables, mas el a mi, que yo a él. Se estaba volviendo en un
experto.
Un día me llamo Gonzalo para quedar:
-
A las 11 en la parada de 27 de la Casa de
América. Minifalda y sin bragas.
No entendía aquello, pero
me había vuelto completamente obediente con el, todo lo que mi pedía lo
hacia.
Me di un ducha rápida, repase la depilación de mi sexo,
me encanta llevarlo totalmente depilado, las sensaciones que me provoca son mas
intensas. Elegí un corpiño con liguero, una blusa, minifalda a medio muslo y
cubriendo todo una gabardina.
Llegue 5 minutos antes, así que me tocaba esperar. No
dejaba de darle vueltas a donde iríamos y que haríamos, pero estaba despistada.
Aquel juego me esta excitando y todavía o había empezado.
-Súbete en el próximo, no te sientes y no nos
conocemos. Me dijo su voz detrás mía.
El autobús venia casi lleno, pague mi billete y me fui al
centro, logre encontrar un sitio en la ventanilla y me coloque mirando la
calle. Al momento sentí un cuerpo que se pegaba al mio, era el, le delato la
colonia, no era de extrañar que se arrimara tanto, no cabía un alfiler.
Cuando comenzó a andar el autobús pego su vientre contra
mi espalda, podía sentir lo excitado que estaba, no se como pero metió la mano
entre mi gabardina y comenzó a acariciar mis muslos, tuve que hacer verdaderos
esfuerzos para que mi cara pareciera de lo mas normal. Cuando llegábamos a
alguna parada, disimulaba un poco mientras se recolocaba la gente, volviendo a
su juego nada mas avanzar.
Hubiera deseado que me tomara allí mismo, no me hubiera
importado, estaba muy excitada y eso que solo le tenia pegado a mi y
acariciando mis muslos. Tenia la necesidad de sentir sus dedos en mi, pero
aquello no llegaba nunca, por mucho que se acercara, separe un poco mis piernas,
pero él lo tenia todo calculado.
Al pasar la parte central de la línea se fue vaciando el vehículo,
los asientos de atrás se quedaron libres. Se apartó de mi y se fue a sentar en
el centro de los asientos, le seguí y me
tuvo que dejar pasar para sentarme junto a un cristal.
Separo uno de los vuelos de la gabardina y poso su mano
en mi rodilla, mi reacción fue separar las piernas. Paso levemente sus dedos
por la parte interna de mi muslo, baje la cabeza intentado esconderme un poco,
sino me delataría mi cara y comencé a morderme los dedos para no gritar de
placer.
Mi cuerpo dio un respingo cuando sentí sus dedos y mis
piernas se separaron más, quería ofrecerme por entero. Comenzó con un
movimiento circular muy suave, para seguir con los dedos por mis ingles, subió
por el centro volviendo al principio, así una y otra vez, yo no aguantaba más
aquello, tenia que sentirle. Una de mis manos busco por su pierna, pero nada
mas sentirme me aparto.
Dos de sus dedos entraron en mis rápidamente, no me lo
esperaba y arranco un gemido que disimule tosiendo, comenzó a entrar y salir,
no pude aguantar mas y fui un torrente de placer.
Sin decir nada, se dirigió a la puerta y se bajo en la
siguiente parada. Yo no podía moverme necesitaba recuperarme..©Fer
1 comentario:
Me quede sin palabras.
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