Recibí un sms de lo más extraño:
Fernando, a las 17:00 horas en Café Gijón.
Firmado: El Duende.
Mi primera reacción fue borrar el mensaje y no hacerle
caso, sería algún gracioso o alguien que se había confundido, seguí con mis
papelotes que los tenia acumulados encima de la mesa.
Pasaron las horas y se fueron reduciendo los montones de
expedientes, no se me estaba dando mal la cosa, había tenido una mañana
bastante tranquila de teléfono y no había tenido ninguna visita. Con un empujón más dejaría la mesa limpia.
Eran las 3 e la tarde cuando cerraba la puerta del
despacho y me iba a comer, llame a mi padres para ver cómo estaban, encendí un
cigarro y dirigí mis pasos hacia el bar,
como de costumbre estaría lleno y
tendía que comer en la barra, cosa que no me importaba si comía solo.
Me estaba apretando un rabo de toro, cuando volvió a mi
mente el mensaje, no me había vuelto acordar, me corrió un escalofrío por el
cuerpo, volví a borrarlo de mi mente, no podía hacer caso a una tontería así.
Vamos con festín para los sentidos que me estaba produciendo aquel plato, como
para hacer caso a otra cosa.
Me salí a la calle a tomar el café y a echar el cigarro
de rigor, me había puesto como el Kiko,
solo me faltaba una buena siesta, pero eso tendría que esperar para otro día,
las obligaciones mandaban y la tarde iba a ser larga, tenía que hacer varias
visitas.
Mire el teléfono, tenía varios wassap y un mensaje, los
conteste mientras me fumaba el cigarro, coñe el mensaje era del mismo número de
teléfono que el anterior:
No faltes, es de tu interés.
Firmado: El Duende.
Vamos el tío este, me estaba tocando ya las narices,
tanto mensaje y sin decir nada, pero había conseguido despertar mi curiosidad, tendría
que ir, haber de que iba este juego. ©Fer
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