La firma era una escusa.
Tus ojos me lo dijeron nada mas entrar.
Esperaste a que me pusiera detrás tuya.
Te incline sobre la mesa.
Subí tu falda y acaricie tu piel.
Ahogaste tus gemidos al hacerte mía.
Rápido, salvaje, es lo que reclamaba el momento.
Nos colocamos las ropa, nos besamos apasionadamente.
Saliste sin que te firmara los papeles.
©Fer
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