viernes, 16 de agosto de 2013

EL SMS. FINAL.



Llegamos a Madrid con un estupendo sabor de boca, esa sensación de placidez que te da el haber disfrutado. Ahora tocaba volver a la realidad y centrarnos en nuestros quehaceres diarios.

Sabía que tenía que ir al notario, es lo último que quedaba, pero no me veía con fuerzas, no lograba entender aquella sensación, tal vez fuera que no quería aceptar lo que le había pasado o el saber que aquello sería una despedida definitiva. Mis sentimientos los tenía muy claros, el amor de mi vida estaba junto a mí.

Paso una semana, pero aquella mañana me levante decidido a coger el toro por los cuernos, no podía alargar más aquello, antes de comer iría a que el notario abriera el ultimo sobre y  conocer su contenido.

La recepcionista tomo nota y me indico muy amablemente que esperara un momento. Me senté en uno de los sillones, las revistas que había encima de la mesa no me hicieron gracia, así que saque el teléfono y le puse un wassap a Rosa diciéndole donde estaba. Una voz fuerte y seca me hizo mirar hacia la esquina, dos parejas esperaban a ser atendidas, tenían cara de pocos amigos y las miradas entre ellos daban miedo, seguro que era un tema de herencia.

-Don Fernando, acompáñeme por favor.

Levantándome le seguí por aquel largo pasillo, sus caderas apretadas por aquella falda ajustada se contoneaban a cada paso, me estaba quedando hipnotizado por ese movimiento. Abriendo la puerta de una sala me indico que pasara y que ahora vendría el Sr. Notario. Cerrando la puerta cruzo una amplia sonrisa y una mirada de complicidad, ¿Se habría dado cuanta de donde tenía puesta mi mirada?

Estaba mirando por la ventana cuando oí abrir la puerta, entro el notario dando los buenos días y presentándose, traía en la mano una fina carpeta. Me invito a  tomar asiento, haciendo él lo mismo. Me pidió la última carta y mi DNI,  echo un vistazo a la carta y cotejo el carnet.
Empezó  con las formalidades de rigor, hasta que saco un papel de la carpeta y dio paso a leerle:

“Buenos días Fer.

Sabía que serias tú el que estarías aquí sentado, unos porque nunca les importe demasiado y a otro porque se lo complique apropósito. Si quería que fueras tú.

He pasado la vida arrepintiéndome de la gran equivocación que cometí, el no ser valiente y enfrentarme a todo lo que se interpuso entre nosotros, fui una cría mal criada y consentida que antepuso lo material a el amor.
Sé que eres afortunado por tener a Rosa a tu lado, es una mujer que te ama y que nunca te ha fallado y también sé que tú la correspondes, no te preguntes como lo sé, siempre me las he arreglado para saber de tu vida y si en algún momento hubieras estado sin pareja habría ido a buscarte. Necesitaba decirte todo lo que te he querido, aunque imagino que lo sabes.

El juego este lo idee para poder estar un poco cerca de ti. Espero que no te haya traído ninguna complicación con Rosa.

Vamos a la parte económica, te conozco y sé que no lo has hecho por ese motivo. Antes de morir vendí todas mis propiedades, pisos, joyas, muebles…. y doné el dinero a un asilo de ancianos, tengo la impresión de que no te sorprende, creo que te esperabas algo así. Si bien te he querido dejar algo, una cosa que jamás nadie te podrá arrebatar y que siempre ira contigo.

El notario levanto la cara y me miro, como si quisiera disculparse por lo que iba a decir, volvió a clavar la mirada en el papel y carraspeo:

Te amo.

Esto te acompañara toda la vida y será una cosa entre nosotros. Espero que me hayas podido perdonar. Lo  que hubiera dado por poder decirte todo esto cara a cara, es el único pesar que me he llevado al morir.


No te entretengo mas, creo que ya te he robado demasiado tiempo de tu vida.

Espero que seas muy feliz y que la vida te sonría. Sigue amando a Rosa como hasta ahora y trátale como tu sabes.

Besos cariño"

El notario guardo los  papeles en la carpeta, se levanto y se acerco hasta mi lado, puso una mano en mi hombro y dijo: 

-Permitame esta confianza, ya sabe como somos los viejos, pero no puedo por más que decirle la suerte que tiene usted. Según esto tiene una mujer que le ama, a la cual usted corresponde y ha tenido toda la vida una mujer que lo ha amado en la lejanía. Ha tenido dos mujeres que le aman, cuando la mayoría de la gente nos conformaríamos con alguien que nos quisiera.

Estrechando la mano se despidió de mi.

Salí un poco descentrado, pero mas que por la carta que me imaginaba, por la palabras del notario. Me hizo recapacitar y  darme más cuenta del amor que sentía por Rosa. Le conté sin omitir detalle lo sucedido y su única reacción fue abrazarme y  aproveche para decirle al oído.

-Te amo.  ©Fer




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