lunes, 12 de septiembre de 2011

VACACIONES

Ahora que estoy de vacaciones me viene al recuerdo aquellas de mi adolescencia. Aquellas en las que empiezas a descubrir nuevas sensaciones.

Solía pasarlas en el pueblo de mis abuelos, pueblo castellano, que mas que pueblo es aldea. Pequeño y curioso se encuentra en la falda de la sierra, por lo que le da un carácter especial. Conoces a todo el mundo y casi estas emparentado con la mayoría.


En los veranos nos reuníamos todos, que durante el año no te veías, porque aun estando casi todos en Madrid, parecía que la relación solo la mantenías allí.

Las chicas apuntando ya ser mujeres y nosotros barbilampiños, unos y otros pavoneando, intentando que se fijara en ti aquella mujercita que habías visto crecer y que te atraía desde niña y ellas dejándose admirar sus curvas incipientes.

Juegos de pubertad, hormonas alteradas y acné prominente. El día transcurría de lo más normal jugando al frontón, escuchando música en el salón del ayuntamiento, donde teníamos una especie de discoteca, vagueando de sombra en sombra.
Ya al atardecer es cuando se desplegaban las pocas armas que teníamos y conocíamos de la seducción. Los grupitos de chicos y chicas se iban uniendo y aquí comenzaba el tonteo, ese que por un lado es tierno y dulce, pasando a tener ciertas brusquedades para que los demás no se rieran de ti.
Después de cenar era el gran momento, bien peinado y perfumado salías a comerte el mundo, un mundo que en tu imaginación era inmenso y se encontraba a tus pies. Ellas según te vieran caerían rendidas y tú con aires de chulito las mirarías con cierto desprecio. Iluso de ti por no conocer a las mujeres y lo que realmente piensan. Eso por mucho que lo intentes tampoco lo sabrás con los años, pero te acercas más a saberlo.

Luces de colores, la bola de espejo girando, el tocadiscos dejando oír su música con aquel sonido característico del vinilo. Se comenzaba con música para bailar suelto e ir perdiendo esa timidez.
Tú mientras tanto no lo quitabas los ojos de encima a esa chica, aquella que te tenía el seso adsorbido y ella cruzaba la mirada contigo, con un sí pero no que te tenía desconcertado.

La música cambiaba y tocaba el lento. Aquello es lo que estábamos esperando todos, la buscabas con la mirada y te hacías un poco el distraído, no sabias bien si era para darte importancia o porque te daba corte. Te armabas de valor e ibas a por ella de frente, sin titubeos pero con la piel de gallina y con una cosa en el estomago que no comprendías. Le pedías bailar, con aquella cosa de que te dijera que no.

Ponías tus manos en su cintura, rozabas su cuerpo con tus manos con aquella timidez, poco a poco cogías confianza y tus manos se aferraban más a ella. Las sensaciones en tu cuerpo cambiaban, no sabias lo que te pasaba, tu mente funcionaba a toda velocidad y prácticamente no sabias lo que estabas haciendo, podías estar bailando o haciendo una tabla de gimnasia. En ese preciso instante paraba la música y tenías que dejar de rozar su cuerpo. Te separabas y cada uno volvía a su rincón, como si de dos púgiles de boxeo se tratara. Dejabas pasar un par de canciones que bailabas con otras, para que no cotilleara nadie.

Volvías a la carga, ya estabas decidido, aquel era el momento de intentar robarle un beso, sentir tus labios como rozarían los tuyos.

jueves, 1 de septiembre de 2011

ILUSIONES

Caminaba despacio por el Retiro una mañana de primavera. La naturaleza se encontraba  trabajando frenéticamente para hacer sus deberes. No era la única que estaba atareada, sentados en un banco se encontraba un pareja de chavales, no mas de 18 años.

Se encontraban  como palomos, el galleando  y dándose la importancia que el momento requería ante  su Zurita con cara angelical dejándose querer. Carantoñas, arrumacos, caricias, miradas cómplices, besos furtivos…….. Aquel sentimiento que solo se tiene con aquella edad.

Desde la distancia lo contemple un rato, me vino a la memoria lo que siente uno con aquellos años, las ilusiones y proyectos de vida que tienes, las expectativas que te creas y con el transcurso de la vida ves que pocas se van cumpliendo.


El paso de los años te quita el velo de los ojos y vas descubriendo la realidad de la vida. Como tienes que luchar cada día para ir consiguiendo la pocas metas que te vas marcando.  Aquellas quimeras que tenías  ves como se van quedando atrás y que tú camino sigue por otros rumbos que  no tenías marcados.

Ahora que ya le falta a uno el pelo y que no tiene la fuerza de la juventud mira las cosas de diferente modo, los propósitos te los marcas a corto plazo y sin tanta ambición como antes.  Vas como las hormiguitas, poco a poco, haciendo el castillito granito a granito.
Querías una mansión y te conformas con un pisito, querías un Ferrari y te conformas con un utilitario, querías una empresa y  que no te quiten tu puesto de mileurista,  querías la Luna y tienes que pagar la luz………………………….y al final recurres al consuelo del pobre,  pero tenemos salud.

Ilusiones de juventud, realidades de madurez,  donde comienzan unas y terminan otras.

Los mire, sonreí y continúe con mi paseo matinal.